Este período profético, es el más largo de la Biblia, había de extenderse, según Daniel 9:25, desde "la salida de la palabra para restaurar y edificar Jerusalén" hasta la purificación del santuario. El tiempo en que iban a producirse el primer advenimiento y algunos de los principales acontecimientos relacionados con la vida y la obra de Jesús fue comunicado al profeta Daniel por el Ángel Gabriel. En la profecía un día representa un año (Números 14:34 y Ezequiel 4:6.) El punto de partida de éste tiempo de 2300 años sería desde la orden de reedificar a Jerusalén y ésta orden se dio en 457 a.C por el Rey Medo-persa Artajerjes Longimano. Esdras 6:14 y 7: 1-9. 70 semanas o 490 añosSetenta semanas (490 años) debía cortarse para los judíos, y al fin de este período, en el año 34 d.C, se principió a predicar el Evangelio a los gentiles. Desde que comenzó el período, en 457 a.C., hasta el Mesías Príncipe, iba a haber 69 semanas (483 años). Precisamente en el momento predicho, en el otoño del 27 d.C., Jesús fue bautizado en el Jordán por Juan Bautista. Fue también ungido del Espíritu Santo, e inició su ministerio público. "A la mitad de la semana" (3 años y medio más tarde) el Mesías fue muerto. El período completo de los 2.300 días se extendía de 457 a.C. hasta 1844 d.C, cuando se inició en el cielo el juicio investigador. "Y en otra semana confirmará el pacto a muchos." La semana de la cual se habla aquí es la última de las setenta. Son los siete últimos años del período concedido especialmente a los judíos. Durante ese plazo, que se extendió del año 27 d.C. al año 34 d.C., Cristo, primero en persona y luego por intermedio de sus discípulos, presentó la invitación del Evangelio especialmente a los judíos. Cuando los apóstoles salieron para proclamar las buenas nuevas del reino, las instrucciones del Salvador fueron: "Por el camino de los Gentiles no iréis, y en ciudad de Samaritanos no entréis." Muerte del Mesías (año 31 d.C.)"A la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda." En el año 31 d.C., tres años y medio después de su bautismo, nuestro Señor fue crucificado. Con el gran sacrificio ofrecido en el Calvario, terminó aquel sistema de ofrendas que durante cuatro mil años había prefigurado al Cordero de Dios. El tipo se encontró con el antitipo, y todos los sacrificios y oblaciones del sistema ceremonial debían cesar. Fin del tiempo de Gracia para el Pueblo de Dios (año 34 d.C.)Las setenta semanas, o 490 años concedidos a los judíos, terminaron, como lo vimos, en el año 34 d.C. En dicha fecha, por auto del Sanedrín judaico, la nación selló su rechazamiento del Evangelio con el martirio de Esteban y la persecución de los discípulos de Cristo. Entonces el mensaje de salvación, no estando más reservado exclusivamente para el pueblo elegido, fue dado al mundo. Los discípulos, obligados por la persecución a huir de Jerusalén, "andaban por todas partes, predicando la Palabra." "Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les proclamó el Cristo." Pedro, guiado por Dios, dio a conocer el Evangelio al centurión de Cesarea, el piadoso Cornelio; el ardiente Pablo, ganado a la fe de Cristo fue comisionado para llevar las alegres nuevas "lejos . . . a los gentiles." Hasta aquí cada uno de los detalles de las profecías se ha cumplido de una manera sorprendente, y el principio de las setenta semanas queda establecido irrefutablemente en el año 457 a.C. y su fin en el año 34 d.C. Partiendo de esta fecha no es difícil encontrar el término de los 2.300 días. Las setenta semanas -490 días- descontadas de los 2.300 días, quedaban 1810 días. Concluidos las 490 días, quedaban aún por cumplirse los 1810 días. Contando desde 34 d.C., los 1810 años alcanzan al año 1844. Por consiguiente los 2.300 días de Daniel 8:14 terminaron en 1844. Al fin de este gran período profético, según el testimonio del ángel de Dios, "el santuario" debía ser "purificado." A partir del año 1844 hasta hoy, se lleva a cabo una obra de expiación en el cielo por nuestro gran Sumo Sacerdote, Jesucristo, donde los pecados de sus hijos arrepentidos no solo son perdonados, sino, borrados. Conociendo el tiempo en que vivimos y la obra que se esta haciendo a nuestro favor en el cielo por nuestro Abogado, "acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro". HEBREOS 4:16 Descargar tema en Word: Aquí Presentación en Power Point: Aquí |
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