Los principios de fe dicen así:
Creemos que, según la palabra de Dios, la iglesia misma tiene que elegir a sus siervos (oficiales) (Hechos 6:1-6, 20-28; 13:15). Los primeros oficiales de la iglesia son:
- El Ministro Consagrado. (También llamado Apóstol).
- El Anciano Consagrado. (También llamado Pastor).
- El Diácono consagrado. (También llamado Administrador de Limosnas).
Estos, después de un examen profundo por la iglesia, referente de su dignidad y utilidad, reciben la consagración. (1 Timoteo 5:22; Tito 1:5).
En cuanto a su posición, están ellos en primer lugar, como todos los miembros de la iglesia, sujetos al orden y sus santos deberes, pero con la diferencia, que tienen un cargo de responsabilidad y deben ser tratados de todos los miembros con honor, atención y respeto que les pertenece (1 Timoteo 5:17-19).
La consagración para estos cargos se realiza conforme a las necesidades. Por medio de ella no se alcanza capacidad o dignidad, pues en servicio prestado antes ya deben haber dado pruebas claras de estas calidades. Por la consagración se da únicamente la autoridad de la iglesia para una responsabilidad mayor y se implora la bendición de Dios para este cargo.
Solamente estos siervos consagrados son llamados a dirigir la obra evangelística y el cuidado de la iglesia (organizar grupos), bautizar y repartir la Santa Cena.
Los cargos en la Iglesia:
La iglesia Elige a sus Siervos:
Hechos 6:1-6 “En esos días, como crecía el número de los discípulos, los creyentes griegos se quejaron contra los hebreos, de que sus viudas eran descuidadas en la asistencia diaria. Entonces, los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: “No es bueno que nosotros descuidemos el ministerio de la Palabra de Dios, para servir a las mesas. “Por tanto, hermanos, elegid de entre vosotros a siete hombres de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos este trabajo. “Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la Palabra”. La propuesta agradó a toda la multitud. Y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía. A éstos presentaron ante los apóstoles, quienes orando les impusieron las manos”
Hechos 13:5 “Al llegar a Salamina, anunciaron la Palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Y tenían a Juan en el ministerio.”
“El señor nos da aquí un ejemplo del cuidado que debe tenerse cuando se eligen hombres para su servicio. Un solo hombre no tuvo en este caso a su cargo una gran responsabilidad. Siete hombres fueron elegidos, y debían trabajar íntimamente unidos en su obra.” B.C. sobre hechos 6:1-7
“Los apóstoles reunieron a los fieles en asamblea, e inspirados por el Espíritu Santo, expusieron un plan para la mejor organización de todas las fuerzas vivas de la iglesia. Dijeron los apóstoles que había llegado el tiempo en que los jefes espirituales debían ser relevados de la tarea de socorrer directamente a los pobres, y de cargas semejantes, pues debían quedar libres para proseguir con la obra de predicar el Evangelio. Así que dijeron: “Buscad pues, hermanos, siete varones de vosotros de buen testimonio, llenos de Espíritu Santo y de sabiduría, los cuales pongamos en esta obra. Y nosotros persistiremos en la oración, y en el ministerio de la palabra.” Siguieron los fieles este consejo, y por oración e imposición de manos fueron escogidos solemnemente siete hombres para el oficio de diáconos.
El nombramiento de los siete para tomar a su cargo determinada modalidad de trabajo fue muy beneficioso a la iglesia. Estos oficiales cuidaban especialmente de las necesidades de los miembros así como de los intereses económicos de la iglesia; y con su prudente administración y piadoso ejemplo, prestaban importante ayuda a sus colegas para armonizar en unidad de conjunto los diversos intereses de la iglesia.” H.AP. 73/2-3; 74/0
“En el capítulo sexto de Los Hechos, se nos muestra que cuando fueron elegidos algunos hombres para ocupar puestos en la iglesia, el asunto fue presentado delante del Señor y se elevaron oraciones muy fervientes en procura de la dirección divina.” M.B. 289/4pp
Después de un examen profundo por la Iglesia, referente de su dignidad y utilidad pueden ser consagrados:
1 Timoteo 5:22 “No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos. Consérvate limpio.”
Tito 1:5 “Por eso te dejé en Creta, para que acabaras de organizar lo que faltaba, y pusieras ancianos en cada ciudad, como te mandé.”
“Dijo el apóstol inspirado: “No impongas de ligero las manos a ninguno.” (1 Tim. 5: 22.) En algunas de nuestras iglesias la obra de organizar y ordenar a los ancianos ha sido prematura; se ha pasado por alto la regla bíblica y por consiguiente la iglesia ha sufrido dificultades graves. No debe haber tanto apresuramiento en elegir a los dirigentes, como para ordenar a quienes no están en manera alguna preparados para la obra de responsabilidad, a saber, hombres que necesitan ser convertidos, elevados, ennoblecidos y refinados antes que puedan servir a la causa de Dios en cargo alguno.” J.T. Tomo II Pág. 261/1
Requisitos para los ministros y ancianos:
Tito 1:6-9 “El anciano debe ser irreprensible, esposo de una sola mujer, que tenga hijos creyentes, que no estén acusados de disolución o rebeldía. Siendo que al obispo se le confía la obra de Dios, debe ser irreprensible; no soberbio, ni iracundo, ni dado al vino, ni heridor, ni codicioso de ganancias deshonestas; sino hospedador, amante de lo bueno, templado justo, santo, dueño de sí mismo, retenedor de la fiel palabra que le fue enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza, y refutar a los que contradicen.”
1 Timoteo 3:1-7 “Palabra fiel: Si alguno aspira al cargo de obispo, buena obra desea. Es necesario que el obispo sea irreprensible, esposo de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, ni violento; sino amable, conciliador, no codicioso del dinero, que gobierne bien su casa, que tenga sus hijos en sujeción con toda dignidad. Porque el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará la iglesia de Dios? No un neófito, para que no se envanezca y caiga en la condenación del diablo. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en afrenta y en lazo del diablo.”
- Irreprensible:
Filipenses 2:15 “Para que seáis irreprensible y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en de la cual resplandecéis como luminares en el mundo.”
“Dios quiere que los que profesan ser cristianos revelen en su vida el cristianismo en su forma más elevada. Son los representantes reconocidos de Cristo; por su medio debe ser representada la realidad del cristianismo. Deben ser hombres de fe, llenos de valor, íntegros, que pongan toda su confianza en Dios y en sus promesas….Nada simulado debe haber en la vida de los que tienen que proclamar un mensaje tan solemne y sagrado.” Exaltad a Jesús del 11 de Diciembre
“Los que se destacan como ministros en el sagrado púlpito, deben ser hombres de reputación intachable; su vida debe ser sin mancha y estar por encima de todo lo que sepa a impureza.” J.T. Tomo II 239/2up
- No dado al licor:
“Nadie puede ser un verdadero ministro de justicia, y estar a la vez bajo el dominio de apetitos sensuales. No puede complacerse en el hábito de fumar, y sin embargo ganar almas para la plataforma de la verdadera temperancia. La nube de humo que sale de sus labios no tiene un efecto saludable sobre los bebedores de alcohol. El sermón evangélico debe provenir de labios no contaminados por el humo del tabaco. Con labios puros y limpios los siervos de Dios deben contar los triunfos de la cruz. La práctica de beber licor, té y café y fumar, debe ser vencida mediante el poder de Dios para convertir. Nada que contamine entrará en el reino de Dios” La Temperancia 61/4; 62/0
- No codicioso de ganancias deshonestas:
“Los que dicen ser seguidores del Artífice Maestro y se ocupan en su servicio como colaboradores de Dios, han de aportar a su trabajo la exactitud y la habilidad, el tacto y la sabiduría que el Dios de perfección requería en la edificación del tabernáculo terrenal. Y ahora como en aquel tiempo y como en los días del ministerio terrenal de Cristo, la devoción a Dios y el espíritu de sacrificio deberían ser considerados como los principales requisitos de un servicio aceptable. Según el plan de Dios, no ha de entretejerse en su obra ni un hilo de egoísmo.” M.J. 301/2
- Debe ser hospedador:
“Amador de la hospitalidad” es una de las cualidades que, según el Espíritu Santo, han de señalar al que debe llevar responsabilidad en la iglesia. Y a toda la iglesia es dada la orden: “Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones. Cada uno según el don que ha recibido, adminístrelo a los otros, como buenos dispensadores de las diferentes gracias de Dios.” H.C. 405/4
- Retenedor de la fiel palabra que le fue enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza, y refutar a los que contradicen:
“Los ministros que contienden con los opositores de la verdad de Dios, no tienen que hacer frente a los hombres meramente, sino a Satanás y a su hueste de ángeles malos. Satanás vigila para lograr una oportunidad de obtener ventaja sobre los pastores que defienden la verdad, y cuando dejan de poner su entera confianza en Dios, y sus palabras no se pronuncian con el espíritu y el amor de Cristo, los ángeles de Dios no pueden fortalecerles e iluminarlos. Los abandonan a su propia fuerza, y los malos ángeles avanzan en sus tinieblas; por esta razón, los oponentes de la verdad a veces parecen tener la ventaja, y la discusión hace más mal que verdadero bien.
Cuandoquiera que sea necesario para el avance de la causa y la gloria de Dios hacerle frente a algún oponente, ellos [los abogados de la verdad] deben ir al conflicto con mucho cuidado y con una gran humildad. Con escudriñamiento del corazón, confesión del pecado y fervorosa oración, y a menudo con ayuno por un tiempo, deben rogar a Dios que los ayude especialmente, y que dé a su preciosa verdad salvadora una valiosa victoria, para que el error aparezca en su verdadera deformidad, y sus abogados sean completamente desconcertados…
Nunca debéis entrar en una discusión donde se halla tanto en juego, dependiendo de vuestra propia aptitud para manejar poderosos argumentos. Si no puede ser evitado, entrad en el conflicto, pero entrad con una firme confianza en Dios y con un espíritu de humildad, con
el espíritu de Jesús, quien os ha pedido que aprendáis de él que es manso y humilde de corazón
La mejor forma de tratar con el error es presentar la verdad, y permitir que las ideas descabelladas mueran por falta de atención…… Es importante que al defender las doctrinas que consideramos artículos fundamentales de fe, nunca nos permitamos emplear argumentos que no sean completamente correctos. Tal vez sean para acallar a un oponente, pero no honran la verdad. Debemos presentar argumentos sólidos, que no sólo acallen a nuestros oponentes, sino que soporten el examen más estricto y escrutador. Los que se han educado como disputadores están en grave peligro de no manejar la Palabra de Dios con justicia. Cuando hacemos frente a un oponente, nuestro ferviente esfuerzo debe tener por objeto presentar los temas de tal manera que despierten la convicción en su mente en vez de tratar simplemente de dar confianza al creyente” EV. 124/4; 125/0-3pp;4.
El respecto hacia los dirigentes:
1 Timoteo 5:17-19 “Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honra, especialmente los que trabajan en predicar y enseñar. Porque la escritura dice: “No pondrás bozal al buey que trilla”, y: “El obrero es digno de su jornal”.Contra el anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos.”
“La gente no debe considerar a sus ministros como sencillos oradores, sino como embajadores de Cristo, que reciben su sabiduría y poder de la gran Cabeza de la iglesia. El pasar por alto y despreciar la palabra hablada por el representante de Cristo, no es sólo manifestar falta de respeto al hombre, sino también al Maestro que le envió. El está en el lugar de Cristo; y la voz del Salvador debe ser oída en su representante.” T.S. Tomo III Pág. 314/2
“Todo mensaje que Dios les envía por medio de su mensajero es para bien, para enseñarles en forma más perfecta el camino de la salvación. ¿Qué otros medios tiene Dios para comunicar su voluntad a los hombres fuera de los mensajeros que él ha escogido? ¿No tienen temor de aceptar la porción del mensaje que les agrada y rechazar la que se cruza con la senda de ustedes?
No deben expresar sus dudas. Son insinuaciones de Satanás. Si no respetan las maneras y los medios que Dios ha empleado para alcanzarlos, ¿han pensado qué medios puede tener en reserva para llegar hasta ustedes? ¿No ha sido acaso un tremendo error de ustedes criticar a los ministros de Dios, hablar livianamente de aquellos a quienes el apóstol los ha intimado a tener en gran estima por causa de su obra? ¿Rehusarán los hombres y las mujeres de limitada experiencia recibir ayuda de parte de los instrumentos que Dios ha establecido, es a saber, sus pastores?” Cada día con Dios del 7 de junio
Deberes de los Ministros, Pastores, dirigentes etc.:
- Ser Ejemplo:
Hechos 20:28 “”Mirad por vosotros, y por todo el rebaño en medio del cual el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, que él ganó con su propia sangre.”
“Por tanto mirad por vosotros amonestó el apóstol a sus hermanos, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual ganó por su sangre.” Si los ministros del Evangelio tuviesen constantemente presente que están tratando con lo que ha sido comprado con la sangre de Cristo, tendrían un concepto más profundo de la importancia de su obra. Han de tener cuidado de sí mismos y de su rebaño. Su propio ejemplo debe ilustrar sus instrucciones y reforzarlas. Como maestros del camino de la vida, no deberían dar ocasión para que se hable mal de la verdad. Como representantes de Cristo, deben mantener el honor de su nombre. Mediante su devoción, la pureza de su vida, su conversación piadosa, deben mostrarse dignos de su elevada vocación.” H.AP. 316/1
- Instruir a la Iglesia:
“Hay que tratar de mantener viva a la iglesia enseñando a sus miembros a trabajar con el pastor por la conversión de los pecadores. Esto constituye una buena táctica directiva, y el resultado será mucho mejor que si él procurase hacer solo la obra.” EV. 262/3
“La mejor medicina que podéis dar a una iglesia no es predicar o sermonear, sino planear trabajo para sus miembros. Si se lo pone al trabajo, el desalentado pronto olvidará su desaliento, el débil se hará fuerte, el ignorante inteligente, y todos estarán preparados para presentar la verdad como es en Jesús. Encontrarán un auxilio infalible en Aquel que ha prometido salvar a todos los que vienen a él” EV. 261/4
“Los ministros, médicos y maestros cristianos tienen una obra más amplia de lo que muchos se imaginan. No sólo han de servir al pueblo, sino también enseñarle a servir. No sólo han de instruir a sus oyentes en los buenos principios, sino también educarlos para que sepan comunicar estos principios. La verdad que no se practica, que no se comunica, pierde su poder vivificante, su fuerza curativa. Su beneficio no puede conservarse sino compartiéndolo.” M.C. 107/2sp
- Predicar el evangelio:
2 Timoteo 4:2 “Que prediques la Palabra, que instes a tiempo y a destiempo. Convence, reprende y anima, con toda paciencia y doctrina.
“Como regla general, los obreros de la asociación deberían salir de las iglesias hacia nuevos campos, y emplear la habilidad que Dios les ha dado con el propósito de buscar y salvar a los que están perdidos.” EV. 280/5
“Nuestros pastores deben hacer planes sabios, como mayordomos fieles. Deben sentir que no es su deber revolotear sobre las iglesias que ya han sido levantadas, sino que deben estar haciendo una obra evangélica agresiva, predicando la Palabra y haciendo obra de casa en casa en lugares donde todavía no se ha oído la verdad… Hallarán que nada es tan animador como la labor evangélica en campos nuevos” EV. 280/6
“Al viajar por el sur rumbo al congreso, vi una ciudad tras otra en las cuales no se ha trabajado. ¿Cuál es el problema? Los pastores están revoloteando sobre las iglesias que conocen la verdad, mientras miles de personas perecen sin Cristo.
Si se diera la instrucción adecuada, si se siguieran los métodos debidos, cada miembro de iglesia haría su obra como miembro del cuerpo. Haría obra misionera cristiana. Pero las iglesias se están muriendo, y necesitan que un pastor les predique.
Debe enseñárseles a traer un diezmo fiel a Dios, para que él las fortalezca y bendiga. Debe lograrse la armonía entre ellos, para que el soplo de Dios venga sobre ellos. Debe enseñárseles que a menos que puedan permanecer por sí mismos sin pastor, necesitan ser convertidos de nuevo, y bautizados de nuevo. Necesitan nacer de nuevo” EV. 280/1-3
“Nuestro pueblo ha recibido una gran luz y sin embargo una gran parte de nuestra fuerza ministerial se agota en las iglesias, en la enseñanza de los que deberían ser maestros, e iluminando a los que deberían ser “la luz del mundo”; regando a los que deberían ser fuentes de las que fluyesen aguas vivas; enriqueciendo, a los que deberían ser verdaderas minas de verdades preciosas; repitiendo la invitación del Evangelio de los que deberían haber ido hasta lo último de la tierra para comunicar el mensaje del Cielo a muchos que no han tenido los privilegios de los que ellos han disfrutado; alimentando a los que deberían estar en las zonas rurales y en los campos anunciando la invitación: “Todo está dispuesto; venid a las bodas” (Mat. 22: 4). Venid a la fiesta evangélica; venid a la cena del Cordero; porque “todo está dispuesto”.” EV. 280/8; 281/0
- Hacer nuevos planes para despertar el interés:
“Se necesitan hombres que pidan a Dios sabiduría en oración y que, bajo la dirección de Dios, puedan poner nueva vida en los viejos métodos de trabajo y puedan inventar nuevos planes y nuevos métodos para despertar el interés de los miembros de iglesia y alcanzar a los hombres y mujeres del mundo” M.B. 101/3
- Solucionar con la ayuda de Dios toda dificultad en la iglesia:
“Los ministros necesitan mucha de la gracia de Dios a fin de llevar a cabo su obra en forma aceptable. Cuando un ministro encuentra a los miembros de una iglesia indispuestos unos contra otros, debe pedir una tregua y esforzarse porque todos se comprendan armoniosamente. Nunca debe dar consejos ni órdenes cortantes y dictatoriales. Esto no es necesario. Es un trabajo más que inútil. . .
El Señor os llama a ejercer una influencia elevadora. Recibid en el corazón las verdades de la Palabra de Dios. Unicamente así podréis tener la mente de Dios. Colocaos bajo la influencia modeladora de su Espíritu Santo. Entonces tendréis un poder mucho mayor para el bien. . .” EV. 462/5; 463/0-1
- Deben enseñar a los miembros a seguir la regla bíblica en todos los casos:
“Los ministros y los miembros laicos de la iglesia desagradan a Dios cuando permiten que ciertas personas les cuenten los errores y defectos de sus hermanos. No deben escuchar estos informes, sino preguntar: “¿Habéis seguido estrictamente lo ordenado por vuestro Salvador? ¿Habéis ido al ofensor y le habéis hablado de sus faltas entre vosotros y él solo? Y ¿se ha negado él a escuchamos? Con cuidado y con oración, ¿habéis tomado a dos o tres personas y trabajado con él con ternura, humildad y mansedumbre, y con un corazón palpitante de amor por su alma?”
Si las órdenes del Capitán, dadas en las reglas trazadas para los que yerran, han sido seguidas estrictamente entonces se ha de dar un paso hacia adelante: contarlo a la iglesia, y dejar que se decida el caso según las Escrituras. Entonces el cielo ratificará la decisión hecha por la iglesia al borrar de su registro el nombre del miembro ofensor si no se arrepiente. Si no se han dado esos pasos, cerremos los oídos a las quejas, y neguémonos a admitir oprobio contra nuestro prójimo. Si nadie lo recibiese, pronto cesarían las malas lenguas; porque las tales personas no hallarían un campo tan favorable en el cual obrar para morderse y devorarse unas a otras.” J.T. Tomo II Pág. 260/1-2
- Deben ser vigilantes de que los que se unen al pueblo de Dios estén viviendo la verdad:
“La llegada de miembros que no han sido renovados en su corazón y reformados en su vida, es una fuente de debilidad para la iglesia. Este hecho se ignora a menudo. Algunos pastores e iglesias están tan deseosos de obtener un aumento del número que no presentan un testimonio fiel contra los hábitos y prácticas no cristianos. A los que aceptan la verdad no se les enseña que no pueden ser mundanos en su conducta mientras son cristianos de nombre, y estar seguros. Hasta aquí han sido súbditos de Satanás. De aquí en adelante han de ser súbditos de Cristo. La vida debe dar testimonio de que han cambiado de guía.
La opinión pública favorece una profesión del cristianismo. Se requiere poca abnegación o sacrificio para adoptar una forma de piedad y para tener el nombre inscripto en el libro de la iglesia. Por lo tanto, muchos se unen a la iglesia sin llegar a estar previamente unidos con Cristo. En esto triunfa Satanás. Tales conversos son sus agentes más eficaces. Sirven como señuelo para otras almas. Son falsas luces, y tientan a los incautos induciéndolos a la perdición. Es en vano que los hombres traten de hacer la senda del cristiano amplia y agradable para los mundanos. Dios no ha alisado ni ensanchado el camino angosto y escarpado. Si hemos de entrar en la vida, debemos seguir la misma senda que Jesús y sus discípulos recorrieron: la senda de la humildad, de la abnegación y del sacrificio” EV. 235/1-2
- No deben estar ocupados en asuntos comerciales:
“A cada persona le ha sido asignada su obra. Los que entran en el ministerio se dedican a una tarea especial y deberían entregarse a la oración y a la predicación de la Palabra. Sus mentes no deberían ser recargadas con asuntos comerciales. Durante años el Señor me ha estado indicando que advierta a nuestros ministros contra el peligro de permitir que sus mentes se mezclen tanto en asuntos comerciales que no les quede tiempo para tener comunión con Dios y con el Espíritu. Un ministro no puede mantener su mente en la mejor condición espiritual mientras sea llamado a solucionar pequeñas dificultades en las diversas iglesias. No es ésta la obra que se le ha encomendado. Dios desea utilizar todas las facultades de sus mensajeros escogidos. Su mente no debería ser recargada por largas juntas realizadas en la noche, porque Dios desea que toda su capacidad mental sea utilizada en la proclamación con claridad y fuerza del Evangelio tal como fue enseñado por Jesús.” EV. 71/1
- Deben ser ejemplo junto con sus esposas en la indumentaria:
“Nuestros pastores y sus esposas deben ser un ejemplo de sencillez en el vestir; deben vestir en forma prolija, cómoda, usando buen material, pero evitando todo lo que se asemeje a extravagancia y a adornos, aunque no sean costosos; porque estas cosas constituyen una desventaja para nosotros.” T.M. 180/1sp
“Vi que las esposas de los ministros deben ayudar a sus esposos en sus labores, y cuidar muchísimo la influencia que ejercen; porque hay quienes las observan, y esperan más de ellas que de otros. Su indumentaria, su vida y conversación debieran ser un ejemplo que tenga sabor de vida y no de muerte. Vi que deben asumir una actitud humilde y mansa, aunque digna, sin dedicar su conversación a cosas que no tienden a dirigir la mente hacia el cielo. Su gran pregunta debe ser: “¿Cómo puedo salvar mi propia alma, y ser el medio de salvar a otros?” J.T. Tomo I Pág. 38/2; 39/0
“El cuidado en el vestido es un asunto importante. Se ha manifestado aquí una falta de parte de los ministros que creen la verdad y la presentan. El traje de algunos ha sido desaliñado. No solamente ha habido falta de gusto y orden en arreglar la vestimenta de una manera adecuada por la persona, y en usar el color adecuado y correcto para un ministro de Cristo, sino que la vestimenta de algunos ha estado sucia y desaliñada. Algunos ministros usan un chaleco de color claro, mientras sus pantalones son de color oscuro, o un chaleco oscuro con pantalones claros, sin que se note gusto o arreglo ordenado del vestido sobre la persona cuando se presenta delante de la gente. Estas cosas están predicando a la gente. El ministro les da un ejemplo de orden, y presenta delante de ellos lo apropiado de la limpieza y el gusto en el vestido, o, por otra parte, les da lecciones de descuido, desaliño y falta de gusto que estarán en peligro de seguir.
El color negro u oscuro es el más apropiado para un ministro que está en el púlpito, y hará mejor impresión sobre la gente que la que haría una combinación de dos o tres colores diferentes en su vestimenta.” M.S. Tomo III Pág. 284/3; 285/0-1
- Ser temperante y enseñarla:
“Es importante que los ministros den instrucciones con respecto a una vida templada. Deben mostrar la relación que existe entre comer, trabajar, descansar y vestirse por una parte, y la salud por la otra. Todos los que creen la verdad para estos últimos días, tienen algo que hacer en este asunto. Les concierne, y Dios exige que se despierten y se interesen en esta reforma. El no se agradará de su conducta si ellos consideran esta cuestión con indiferencia.” C.R.A. 44/3
“A todos, especialmente a los predicadores que enseñan la verdad, incumbe la solemne responsabilidad de vencer 64 en lo tocante al apetito. Su utilidad sería mucho mayor si dominasen sus apetitos y pasiones; y sus facultades mentales y morales serían más vigorosas si ellos combinasen el trabajo físico con las actividades mentales. Combinando los hábitos de estricta temperancia con el trabajo mental y físico, lograrían hacer mucho más trabajo, y conservarían la claridad de la mente. Si siguiesen esta conducta, sus pensamientos y palabras fluirían más libremente, sus ejercicios religiosos serían más enérgicos y las impresiones hechas en sus oyentes serían más notables.” C.R.A. 63/3
“La posición que ocupan nuestros ministros exige que tengan un cuerpo sano y, una mente disciplinada. El buen criterio, los nervios firmes y una disposición feliz recomendarán al ministro del Evangelio en cualquier parte. Deben buscar y cultivar con perseverancia estas cualidades” EV. 112/2
- Deben ser medicos misioneros:
“Aquellos que trabajan en nuestras asociaciones como ministros deben familiarizarse con la obra de atender a los enfermos. Ningún pastor debe jactarse de que es ignorante en aquello que debiera ser sabio. La obra médica misionera vinculada al hombre con sus semejantes y con Dios. La manifestación de simpatía y confianza no está limitada por el tiempo o el espacio.
La indiferencia que ha habido entre nuestros ministros con respecto a la reforma pro salud y la obra médica misionera es sorprendente. Algunos que no profesan ser cristianos tratan estos asuntos con mayor reverencia que algunos de nuestros propios hermanos, y a menos que nos despertemos, nos tomarán la delantera” EV. 379/3,5
“Nunca seréis ministros de acuerdo con el orden evangélico, hasta que manifestéis un decidido interés en la obra médica misionera, el evangelio de sanar, bendecir y fortalecer.” EV. 381/3
- Deben enseñar sobre la fidelidad en nuestra mayordomía:
“Sobre los ministros de Cristo descansa la responsabilidad de educar a las iglesias para que sean liberales. Aun los pobres han de tener una parte en presentar sus ofrendas a Dios. Han de ser participantes de la gracia de Cristo, haciendo sacrificios abnegados para ayudar a aquellos cuya necesidad es más apremiante que la de ellos.” M.B. 215/1