Las Autoridades

Los principios de fe dicen así:

Creemos que toda autoridad es ordenada por Dios y es ministro de Dios para proteger a aquellos que hacen lo bueno. (Romanos 13:1-4).

Creemos que tenemos que cumplir con nuestros deberes para con las autoridades, y no por fuerza sino por conciencia. Es un deber de pagar impuestos y de honrar a las autoridades del Estado. (Romanos 13:5-7; Tito 3:1-3; 1 Pedro 2:13-14,17; Mateo 22:21).

También creemos que la autoridad tiene que conceder libertad de creencia a cada súbdito en sus cultos religiosos. Obligar a la conciencia y ordenar contra la voluntad de Dios, priva al estado de su autoridad, pues los verdaderos cristianos serán entonces obligados a declarar: “Es menester obedecer a dios antes que a los hombres”. (Hechos 5:29-42; Daniel 3:8-30).

También creemos que es necesario orar por las autoridades, para que reine paz y orden entre los hombres, y para que cada hombre tenga libertad de fe, y el evangelio de Cristo no sea impedido.

Según la doctrina de Cristo, no podemos tener parte como sus imitadores en ningún plan político, guerra, revolución o derramamiento de sangre.

Las Autoridades:

El Respeto por la Autoridades:

Romanos 13:1-4 “Sométase toda persona a las autoridades gobernantes, porque no hay autoridad sino de Dios.  Y las que existen, fueron establecidas por Dios. Así, quien se opone a la autoridad, resiste a lo que Dios estableció.   Y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para atemorizar al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás su alabanza. Porque el magistrado es un servidor de Dios para tu bien.  Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, porque es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace el mal.”

“Algunos de nuestros hermanos han dicho y escrito muchas cosas que se interpretan como opuestas al gobierno y las leyes.  Es un error exponernos así a una interpretación errónea.  No es prudente censurar continuamente lo que están haciendo los gobernantes.  Nuestra obra no consiste en atacar a los individuos o las instituciones.  Debemos ejercer gran cuidado para no ser interpretados como opositores a las autoridades civiles.  Es verdad que nuestra guerra es agresiva, pero nuestras armas deben basarse en un claro “Así dice Jehová.”  Nuestra obra consiste en preparar un pueblo que subsista en el gran día de Dios.  No debemos desviarnos y entrar en cosas que estimularán la controversia, ni despertar antagonismo en los que no son de nuestra fe.” J.T. Tomo III 45/1

Debemos cumplir nuestros deberes con las autoridades no por fuerza sino por conciencia:

Romanos 13:5-7 “Por lo cual, es necesario que le estéis sujetos, no sólo por causa del castigo, sino por la conciencia. Por eso pagáis también los impuestos; porque las autoridades son funcionarios de Dios, que dedican todo su tiempo a su oficio. Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra.”

Tito 3:1-3 “Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén prontos para toda buena obra; que no hablen mal de nadie, que no sean pendencieros; sino amables, mostrando humildad con todos los hombres. Porque en otro tiempo, nosotros también éramos insensatos, desobedientes, extraviados, esclavos de diversas pasiones y placeres. Vivíamos en malicia y envidia. Éramos aborrecibles, aborreciéndonos unos a otros.”

1 pedro 2:13-14,17  “Por causa del Señor, estad sumisos a toda autoridad humana.  Al rey como a soberano; y a los gobernantes como enviados por él para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen el bien…. Honrad a todos.  Amad a los hermanos.  Reverenciad a Dios. Honrad al rey.”

Mateo 22: 17-21 “”Dinos, pues: ¿Qué te parece? ¿Es correcto dar tributo a César, o no?” Pero Jesús entendió su malicia, y les dijo: “¿Por qué me tentáis, hipócritas?”Mostradme la moneda del tributo”. Y ellos le presentaron un denario. Entonces les preguntó: “¿De quién es esa imagen, y la inscripción?” Dijeron: “De César”. Entonces Jesús respondió: “Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios”.”

Debemos orar por los gobernantes:

1 Timoteo 2:1-4 “Ante todo, insto a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acción de gracias por todos los hombres;  por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos en quietud y paz, con toda piedad y dignidad. Esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.”

“Vi que algunos tienen prejuicios contra nuestros gobernantes y nuestras leyes; pero si no fuera por la ley, este mundo estaría en una condición espantosa.  Dios refrena a nuestros gobernantes; porque en sus manos está el corazón de todos.  Les son impuestos límites que les es imposible trasponer.  Muchos de los gobernantes son personas a quienes Satanás domina; pero vi que hasta entre ellos Dios tiene sus agentes.  Y algunos de ellos se convertirán aún a la verdad.  Están ahora desempeñando el papel que Dios quiere que desempeñen.  Cuando Satanás obra por medio de sus agentes, se hacen propuestas que, si se llevasen a cabo, impedirían la obra de Dios y producirían grandes males.  Los ángeles buenos inducen a estos agentes de Dios a que se opongan a tales propuestas con razones convincentes, a las cuales no pueden resistir los agentes de Satanás.  Unos pocos de los agentes de Dios tendrán poder para derribar mucho mal.  Así proseguirá la obra hasta que el tercer mensaje haya terminado su misión.  Durante el fuerte pregón del tercer ángel, estos agentes tendrán oportunidad de recibir la verdad, y algunos de ellos se convertirán y soportarán con los santos el tiempo de angustia.”J.T. Tomo I  75/1

Pero cuando las autoridades quieren someter las conciencias en cuanto a las disposiciones Divinas: ¿Cuál debe ser nuestra respuesta?:

Hechos 5:29-42 “Pedro y los apóstoles respondieron: “Es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres. “El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándolo en un madero. “A éste, Dios lo ha exaltado a su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de los pecados. “Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, que Dios ha dado a los que le obedecen”.Al oír esto, se enfurecieron, y querían matarlos. Entonces se levantó en el concilio un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la Ley, venerado por todo el pueblo. Mandó que sacasen fuera un poco a los apóstoles, y les dijo: “Israelitas, mirad con cuidado qué váis a hacer con esos hombres. “Porque hace un tiempo se levantó Teudas, pretendiendo que era alguien. Se le unieron como cuatrocientos hombres, pero fue muerto, y todos los que lo seguían se dispersaron y se redujeron a nada.”Después, en los días del censo, se levantó Judas el galileo, y llevó mucho pueblo tras de sí. Este también pereció, y todos sus seguidores se dispersaron. “Ahora os digo: Desentendeos de esos hombres, y dejadlos en paz; porque si este plan o esta obra es de los hombres, se desvanecerá. “Pero si es de Dios, no la podréis deshacer. No seáis tal vez hallados resistiendo a Dios”. Y convinieron con él. Y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les ordenaron que no hablasen en el Nombre de Jesús. Y los soltaron. Y ellos salieron del concilio, gozosos de haber sido considerados dignos de padecer afrenta por el Nombre. Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y anunciar a Jesucristo.”

Daniel 3:8-30 “En ese momento algunos caldeos llegaron y denunciaron a los judíos. Dijeron al rey Nabucodonosor: “Rey, para siempre vive. “Tú, oh rey, ordenaste que todo hombre, al oír el son de la bocina, la flauta, el tamboril, el arpa, el salterio, la zampoña y todo instrumento músico, se postre y adore la estatua de oro. “Y el que no se postre y adore, sea echado dentro de un horno de fuego ardiendo. “Hay unos varones judíos, que tú pusiste sobre la provincia de Babilonia; Sadrac, Mesac y Abednego. Esos varones, oh rey, no te han respetado. No adoran tus dioses, ni honran la estatua de oro que tú levantaste”. Entonces Nabucodonosor, con ira y enojo, llamó a Sadrac, Mesac y Abednego. Al instante, esos varones fueron traídos ante el rey. Y Nabucodonosor les dijo: “¿Es verdad, Sadrac, Mesac y Abednego, que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la estatua de oro que levanté?”Ahora, al oír el son de la bocina, la flauta, el tamboril, el arpa, el salterio, la zampoña y todo instrumento músico, ¿estáis prestos a postraros y adorar la estatua que levanté? Porque si no la adoráis, en esa misma hora seréis echados en un horno de fuego ardiendo. ¿Y qué dios os librará de mis manos?” Sadrac, Mesac y Abednego respondieron al rey Nabucodonosor: “Acerca de esto, no necesitamos responderte. “Nuestro Dios a quien honramos, puede librarnos del horno de fuego. Y de tu mano, oh rey, nos librará. “Y aunque no nos librara, sepas, oh rey, que no adoraremos a tu dios, ni la estatua que has levantado”. Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, y se le demudó el rostro contra Sadrac, Mesac y Abednego. Ordenó que el horno se encendiese siete veces más de lo común. Y mandó a hombres muy vigorosos de su ejército, que atasen a Sadrac, Mesac y Abednego, y los echasen en el horno de fuego encendido. Así, estos varones fueron atados con sus mantos, calzas, turbantes y vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego encendido. Y como la orden del rey apremiaba, y habían calentado mucho el horno, la llama del fuego mató a los que habían alzado a Sadrac, Mesac y Abednego. Y esos tres varones, Sadrac, Mesac y Abednego, cayeron atados dentro del horno de fuego encendido. Entonces el rey Nabucodonosor se espantó. Se levantó aprisa, y dijo a los de su consejo: “¿No echaron tres varones atados dentro del fuego?” Ellos respondieron al rey: “Es verdad, oh rey”. Agregó él: “Yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en el fuego, sin sufrir ningún daño. Y el parecer del cuarto es semejante a un hijo de los dioses”. Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiente, y dijo: “¡Sadrac, Mesac y Abednego, siervos del Altísimo Dios, salid, y venid!” Entonces Sadrac, Mesac y Abednego, salieron de en medio del fuego. Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, capitanes y consejeros del rey, y vieron que el fuego no había dañado el cuerpo de esos varones, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado, ni su ropa se mudó, ni siquiera tenían olor a fuego. Entonces, Nabucodonosor exclamó: “¡Alabado sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, que envió su ángel, y libró a sus siervos que confiaron en él; desobedecieron la orden del rey y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios! “Por lo tanto, decreto que toda persona de cualquier pueblo, nación o lengua, que hable contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, sea descuartizado y su casa sea destruida. Por cuanto no hay dios que pueda librar como él”. Entonces el rey engrandeció a Sadrac, Mesac y Abednego en la provincia de Babilonia.”

“Ciertos hombres han sido colocados sobre nosotros para gobernamos, y hay leyes que rigen al pueblo.  Si no fuera por estas leyes, la condición del mundo sería peor que la actual.  Algunas de estas leyes son buenas y otras, malas. Las últimas han estado aumentando, y aún hemos de vernos en dificultades. Pero Dios sostendrá a su pueblo para que se mantenga firme y viva de acuerdo con los principios de su Palabra. Cuando las leyes de los hombres entran en conflicto con la Palabra y la ley de Dios, hemos de obedecer a estas últimas, cualesquiera que sean las consecuencias.” J.T. Tomo I  73/2

“Ví que en cada caso es nuestro deber obedecer las leyes de nuestro país, a menos que estén en conflicto con la ley superior que Dios pronunció con voz audible desde el Sinaí, y que grabó luego en piedra con su propio dedo. “Daré mi ley en sus entrañas, y escribiréla en sus corazones; y seré yo a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.” (Jer. 31: 33.)  El que tiene la ley de Dios escrita en el corazón obedecerá a Dios antes que a los hombres, y desobedecerá a todos los hombres antes que desviarse en lo mínimo del mandamiento de Dios.  Los hijos de Dios, enseñados por la inspiración de verdad e inducidos por una buena conciencia a vivir según toda Palabra de Dios, tendrán su ley escrita en el corazón como la única autoridad que puedan reconocer u obedecer. La sabiduría y la autoridad divina son supremas.” J.T. Tomo III 49/1

“Cuando los hijos tienen padres incrédulos, cuyas órdenes contradigan lo que Cristo requiere, entonces, por doloroso que sea, deben obedecer a Dios y confiarle las consecuencias.” H.C. 265/3

¿Cual debe ser nuestra actitud hacia la política?

“Hay entre los que profesan creer la verdad presente, algunos que se verán así incitados a expresar sus sentimientos y preferencias políticas, de manera que se produzca división en el seno de la iglesia.

El Señor quiere que su pueblo entierre las cuestiones políticas.  Acerca de estos ternas, el silencio es elocuencia.  Dios pide a sus seguidores que se unan en los puros principios del Evangelio que están claramente revelados en la Palabra de Dios.  No podemos votar sin peligro por los partidos políticos; porque no sabemos para quiénes votamos.  No podemos, sin riesgo, tomar parte en plan político alguno.  No podemos trabajar para agradar a hombres que emplearán su influencia para reprimir la libertad religiosa, y pondrán por obra medidas opresivas para inducir u obligar, a sus semejantes a guardar el domingo como día de reposo.  El primer día de la semana no es un día que se haya de reverenciar.  Es un falso día de reposo, y los miembros de la familia del Señor no  pueden estar de parte de los hombres que exaltan ese día y violan la ley de Dios hollando su sábado.  Los hijos de Dios no deben votar en favor de tales hombres; porque al hacerlo se hacen participantes con ellos de los pecados que cometen en el ejercicio de sus funciones.

No debemos comprometer los principios cediendo a las opiniones y prejuicios que hayamos albergado antes de unirnos con el pueblo que guarda los mandamientos de Dios.  Nos hemos alistado en el ejército del Señor, y no debemos pelear en el bando del enemigo, sino al lado de Cristo, donde podemos formar un conjunto unido en sentimiento, en acción, en espíritu y en camaradería.  Los que son verdaderamente cristianos serán sarmientos de la vid verdadera, y llevarán el mismo fruto que la vid.  Obrarán en armonía, en compañerismo cristiano.  No llevarán distintivos políticos, sino el distintivo de Cristo.” O.EV. 406/1up-2; 407/0-1

“Hay quienes os sugerirán que a fin de tener éxito en vuestra profesión debéis ser políticos; que a veces debéis apartaros de la estricta rectitud.  Estas tentaciones hallan fácil acogida en el corazón del hombre; pero yo digo lo que sé.  No seáis engañados o seducidos.  No os miméis.  No abráis una puerta por medio de la cual el enemigo pueda entrar a posesionarse del alma.  Hay peligro en la primera y más ligera desviación de la más estricta rectitud.  Sed fieles a vosotros mismos.  En el temor de Dios preservad la dignidad que él os ha dado.  Hay gran necesidad de que cada obrero médico se mantenga aferrado al brazo del Poder infinito.

El seguir métodos políticos nos meterá seguramente en dificultades.  El que considera el favor de los hombres como más deseable que el favor de Dios, caerá bajo la tentación de sacrificar los principios en favor de la ganancia o el reconocimiento mundanos.  Así se sacrifica constantemente la fidelidad a Dios.  La verdad, la verdad de Dios, debe ser acariciada en el alma y conservada con la fuerza del cielo, o el poder de Satanás la arrebatará.” C.M.P.A. 469/2-3; 470/0pp

¿Qué se debe hacer cuando algún miembro o dirigente participa en cuestiones políticas?

“Los que enseñan en la iglesia o en la escuela y se distinguen por su celo en la política, deben ser destituidos sin demora de su trabajo y responsabilidades: porque el Señor no cooperará con ellos.  No debe emplearse el diezmo para pagar a nadie para perorar sobre cuestiones políticas.  Cada maestro, predicador o dirigente de nuestras filas que se sienta incitado por un deseo de ventilar sus opiniones sobre cuestiones políticas, debe ser convertido por una creencia en la verdad, o renunciar a su trabajo.  Deberá ejercer una influencia como colaborador de Dios para ganar almas para Cristo, o se le quitarán las credenciales.  Si no cambia, causará daño y únicamente daño.” O.EV. 408/1

¿Que se nos aconseja en caso de voto obligatorio?  

“No importa qué opiniones tengáis acerca del modo en que debe votarse en las cuestiones políticas; el hecho es que no debéis proclamarlas mediante la pluma o la voz. Nuestro pueblo debe permanecer silencioso en asuntos que no tienen relación con el mensaje del tercer ángel. Si ha habido un pueblo que ha necesitado estar cerca de Dios, ese pueblo está constituido por los adventistas del séptimo día. Se han diseñado métodos y planes magníficos. Un deseo ardiente se ha posesionado tanto de hombres como de mujeres que han deseado proclamar algo, o que han deseado unirse a alguna cosa, pero sin saber a qué cosa. Pero el silencio de Cristo sobre tales temas constituyó una verdadera elocuencia…  

Hermanos, quisiera que recordaseis que ninguno de vosotros ha recibido el encargo del Señor de publicar sus preferencias políticas en nuestras revistas, ni de hablar de ellas ante la congregación, cuando el pueblo se reúne para oír la Palabra del Señor…  

Como pueblo, no debemos mezclarnos con asuntos políticos. Todos deberían obedecer a la Palabra de Dios cuando dice que no debemos unirnos en yugo con los infieles en cuestiones de política, ni establecer ninguna clase de vínculo   con ellos. No hay un terreno seguro en el cual puedan trabajar juntos. Los leales y los desleales no tienen un terreno adecuado donde encontrarse.  

El que transgrede un precepto de los mandamientos de Dios, transgrede toda la ley. Guardad en secreto el modo en que votáis. No sintáis que es vuestro deber instar a todos a hacer como hacéis vosotros” M.S. Tomo III  Pág. 387/1sp-3: 388/0-1

¿Qué dice el espíritu de profecía en cuanto a participar en guerra o prestar servicio militar?

“Me fue mostrado que el pueblo de Dios, que es su especial tesoro, no puede ocuparse en esta guerra, porque se opone a cada principio de su fe. En el ejército no pueden obedecer la verdad y al mismo tiempo obedecer los mandatos de sus oficiales. Habría una continua violación de la conciencia. Los hombres del mundo son gobernados por los principios del mundo y no pueden apreciar otros principios. La política mundana y la opinión pública comprenden el principio  de acción que les gobierna y que les hace aparentar que hacen bien; pero el pueblo de Dios no puede ser gobernado por estos principios. Las palabras y mandatos de Dios escritos en el alma, son espíritu y son vida, y contienen poder para subyugar y producir obediencia. Los diez preceptos de Jehová son un fundamento de toda justicia y de toda buena ley. Los que aman los mandamientos de Dios acatarán las buenas leyes del país; pero si los mandatos de los gobernantes  son tales que son contrarios a las leyes de Dios, la única pregunta que contestar es: ¿Obedeceremos a Dios, a al hombre? E.E.T. 437/2


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