La Iglesia del Señor

Los principios de fe dicen así:

Creemos que la iglesia es la unión y la reunión de los creyentes, según la voluntad de Dios, una institución desde el principio de la obra de salvación de Cristo. Jesús mismo ha renovado y constituido la “Tienda de David” por su obra y la de los apóstoles. (Hechos 20:28; 1 Corintios 16:19).

Solamente por medio de la fe, conversión y bautismo podemos ser miembros de la iglesia de Cristo o miembros de su cuerpo. (1 Corintios 12:13; Mateo 28:19-20). Solamente después de haber cumplido estas condiciones, el creyente puede tener parte en el lavamiento de los pies y en la Santa Cena, como también en todos los dones de gracia, dados a la iglesia.

Creemos que ningún hijo de Dios, iluminado por la fe de la palabra de Dios, puede quedar separado he independiente de las bendiciones de la iglesia y crecer en la gracia de Dios. Todos tienen que aprender por medio de una instrucción unida, experiencias, exhortaciones y consolaciones, en la escuela de Cristo, lo que quiere decir en su iglesia, para prepararse para la iglesia de la eternidad. Como ningún miembro del cuerpo puede vivir sin el otro, así tampoco los miembros de Cristo. (1 Corintios 12:12-26).

La medida invariable de la iglesia de Cristo es la ley de Dios. En todos los tiempos ha sido posible reconocer la apostasía  de la iglesia de Cristo por medio de la Ley y distinguir también el verdadero cuerpo de Cristo. (Efesios 2:20-22; colosenses 2:1-5; 1 corintios 3:9-11).

La Iglesia del Señor:

La Iglesia es la unión y reunión de los creyentes:

Hechos 20:28 “Mirad por vosotros, y por todo el rebaño en medio del cual el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, que él ganó con su propia sangre.”

1 corintios 16:19 “Las iglesias de Asia os saludan.  Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, os saludan mucho en el Señor.”

1 Timoteo 3:15 “Y si tardo, para que sepas cómo conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y baluarte de la verdad.”

“La iglesia es la sociedad cristiana formada por los miembros que la componen, para que cada uno goce de la ayuda de todas las gracias y talentos de los demás miembros, y también de la operación de Dios en su favor, de acuerdo con los diversos dones y habilidades que Dios les concedió.  La iglesia está unida en los sagrados vínculos del compañerismo a fin de que cada miembro se beneficie de la influencia de los demás.  Todos deben unirse al pacto de amor y armonía que existe.  Los principios y las gracias cristianas de toda la sociedad de creyentes han de comunicar fortaleza y poder en una acción armoniosa.  Cada creyente debe beneficiarse y progresar por la influencia refinadora y transformadora de las variadas capacidades de otros miembros, para que las cosas que falten en uno puedan ser más abundantemente desplegadas en otro.  Todos los miembros deben acercarse el uno al otro, para que la iglesia llegue a ser un espectáculo ante el mundo, ante los ángeles y ante los hombres.” Exaltad a Jesús del 8 de octubre

Todos sus miembros deben estar en comunión con ella:

1 Corintios 12:12-26 “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, siervos o libres. Y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. Si el pie dijera: “Como no soy mano, no soy del cuerpo”. ¿Por eso no sería del cuerpo? Y si la oreja dijera: “Como no soy ojo, no soy del cuerpo”. Por eso, ¿no sería del cuerpo? Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído?  Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? Dios ha colocado a cada miembro en el cuerpo, como él quiso. Si todos fueran un solo miembro, dónde estaría el cuerpo? Lo cierto es que hay muchos miembros, pero un solo cuerpo. Ni el ojo puede decir a la mano: “No te necesito”. Ni la cabeza a los pies: “No os necesito”. Antes, los miembros del cuerpo que parecen más débiles son más necesarios. Los miembros que parecen menos dignos, los vestimos con más honor. Y los que son menos decorosos, los tratamos con más honestidad. Porque nuestros miembros más decorosos no necesitan trato especial. Dios formó el cuerpo, dando más honor al que le faltaba, para que no haya división en el cuerpo, sino que sus miembros se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se conduelen con él. Y si un miembro es honrado, todos los miembros se gozan con él.”

“La unión es fuerza, y el Señor desea que esta verdad siempre sea revelada en todos los miembros del cuerpo de Cristo. Todos deben estar unidos en amor, en humildad, en mansedumbre de mente; organizarse como una sociedad de creyentes con el propósito de combinar y difundir su influencia; deben trabajar como Cristo trabajó. Siempre han de manifestar cortesía y respeto mutuos. Todo talento tiene su lugar y debe mantenerse bajo el control del Espíritu Santo.” M.S. Tomo III Pág. 15/2

“Nuestro Señor quiso que su iglesia reflejase al mundo la plenitud y suficiencia que hallamos en él.  Constantemente estamos recibiendo de la bondad de Dios, y al impartir de la misma hemos de representar al mundo el amor y la beneficencia de Cristo.  Mientras todo el cielo está en agitación, enviando mensajeros a todas las partes de la tierra para llevar adelante la obra de redención, la iglesia del Dios viviente debe colaborar también con Cristo.  Somos miembros de su cuerpo místico.  El es la cabeza, que rige todos los miembros del cuerpo.  Jesús mismo, en su misericordia infinita, está obrando en los corazones humanos, efectuando transformaciones espirituales tan asombrosas que los ángeles las miran con asombro y gozo.  El mismo amor abnegado que caracteriza al Maestro se ve en el carácter y la vida de sus discípulos.  Cristo espera de los hombres que participen de su naturaleza divina, mientras están en este mundo, de modo que no sólo reflejen su gloria para alabanza de Dios, sino que iluminen las tinieblas del mundo con el resplandor del cielo.  Así se cumplirán las palabras de Cristo: “Vosotros sois la luz del mundo.” (Mat. 5: 14.)” J.T. Tomo II Pág. 327/3; 328/0

“El apóstol exhortó a sus hermanos a manifestar en su vida el poder de la verdad que les había presentado.  Con mansedumbre y bondad, tolerancia y amor, debían manifestar el carácter de Cristo y las bendiciones de su salvación.  Hay un solo cuerpo, un Espíritu, un Señor, una fe.  Como miembros del cuerpo de Cristo, todos los creyentes son animados por el mismo espíritu y la misma esperanza.  Las divisiones que haya en la iglesia deshonran la religión de Cristo delante del mundo, y dan a los enemigos de la verdad ocasión de justificar su conducta.  Las instrucciones de Pablo no fueron escritas solamente para la iglesia de su tiempo.  Dios quería que fuesen transmitidas hasta nosotros. ¿Qué estamos haciendo para conservar la unidad en los vínculos de la paz?” J.T. Tomo II Pág. 80/2

Distinción del pueblo de Dios:

Efesios 2:20-22 “Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo.  En él, todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor. En él vosotros también sois edificados juntos, para la morada de Dios en el Espíritu.”

Colosenses 2:1-5 “Quiero que sepáis cuán grande lucha sostengo por vosotros, por los que están en Laodicea y por todos los que nunca me vieron; para que unidos en amor, sus corazones sean confortados, hasta alcanzar toda la riqueza de la plena seguridad de comprensión, y conocer el misterio de Dios el Padre,  y de Cristo. En él están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.  Esto digo, para que nadie os engañe con palabras persuasivas. Porque aunque estoy ausente en cuerpo, en espíritu estoy con vosotros, gozándome al ver vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo.”

1 corintios 3:9-11 “Porque nosotros somos colaboradores con Dios, y vosotros labranza de Dios, edificio de Dios sois. Conforme a la gracia que Dios me dio, yo como perito arquitecto puse el cimiento, y otro edifica encima. Pero cada uno vea cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento fuera del que está puesto, que es Jesucristo.”

“Cristo, el verdadero fundamento, es una piedra viva, su vida se imparte a todos los que son edificados sobre él.  “Vosotros también como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual”.  Y “todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor”. Las piedras se unifican con el fundamento, porque en todo mora una vida común, y ninguna tempestad puede destruir ese edificio.

Todo edificio construido sobre otro fundamento que no sea la Palabra de Dios, caerá.  Aquel que, a semejanza de los judíos del tiempo de Cristo, edifica sobre el fundamento de ideas y opiniones humanas, de formalidades y ceremonias inventadas por los hombres o sobre cualesquiera obras que se puedan hacer independientemente de la gracia de Cristo, erige la estructura de su carácter sobre arena movediza.  Las tempestades violentas de la tentación barrerán el cimiento de arena y dejarán su casa reducida a escombros sobre las orillas del tiempo.” D.M.J. 126/2-3

Quien  sostiene a la iglesia del Señor:

“La iglesia depende de Cristo para su existencia.  Solamente a través de El puede obtener vida y fortaleza.” Alza tus ojos del 2 de junio

“La relación de Cristo y su iglesia es muy íntima y sagrada: él es el esposo y la iglesia la esposa; él la cabeza, y la iglesia el cuerpo. La relación con Cristo entraña, pues, la relación con la iglesia.” EV. 234/1

“A través de los siglos de persecución, lucha y tinieblas, Dios ha sostenido a su iglesia.  Ni una nube ha caído sobre ella sin  que él hubiese hecho provisión; ni una fuerza opositora se ha levantado para contrarrestar su obra, sin que él lo hubiese previsto.  Todo ha sucedido como él lo predijo.  El no ha dejado abandonada a su iglesia, sino que ha señalado en las declaraciones proféticas lo que ocurriría, y se ha producido aquello que su Espíritu inspiró a los profetas a predecir.  Todos sus propósitos se cumplirán. Su ley está ligada a su trono, y ningún poder del maligno puede destruirla.  La verdad está inspirada y guardada por Dios; y triunfará contra toda oposición.” H.AP. 10/4; 11/0

Dios ha dotado a la iglesia con el Espíritu Santo y sus dones:

Juan 14:15-17 “Si me amáis, guardaréis mis Mandamientos; “y yo rogaré al Padre, y os dará otro Ayudador, para que esté con vosotros para siempre, “al Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve, ni lo conoce.  Pero vosotros lo conocéis, porque está con vosotros, y estará en vosotros.”

Hechos 5:32 “Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, que Dios ha dado a los que le obedecen.”

Gálatas 5:22-23 “Pero el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio. Contra estas virtudes, no hay ley.”

“La iglesia de Dios es el palacio de la vida santa, lleno de variados dones, y dotado del Espíritu Santo. Los miembros han de hallar su felicidad en la felicidad de aquellos a quienes ayudan y benefician.” H.AP. 11/2up

“El Salvador sabía que ningún argumento, por lógico que fuera, podría ablandar los duros corazones, o traspasar la costra de la mundanalidad y el egoísmo.  Sabía que los discípulos habrían de recibir la dotación celestial; que el Evangelio sería eficaz sólo en la medida en que fuera proclamado por corazones encendidos y labios hechos elocuentes por el conocimiento vivo de Aquel que es el camino, la verdad y la vida.  La obra encomendada a los discípulos requeriría gran eficiencia; porque la corriente del mal que fluía contra ellos era profunda y fuerte.  Estaba al frente de las fuerzas de las tinieblas un caudillo vigilante y resuelto, y los seguidores de Cristo podrían batallar por el bien sólo mediante la ayuda que Dios, por su Espíritu, les diera.” H.AP. 25/2

¿Cuál es el propósito de  Dios a través de su iglesia?

Mateo 28:19-20 “”Por tanto, id y haced discípulos en todas las naciones, bautizándolos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, “enseñándoles que guarden todo lo que os he mandado. Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.”

Marcos 16:15 “Y les dijo: “Id por todo el mundo, y predicad el evangelio a toda criatura.”

“La iglesia es el medio señalado por Dios para la salvación de los hombres.  Fue organizada para servir, y su misión es la de anunciar el Evangelio al mundo.  Desde el principio fue, el plan de Dios que su iglesia reflejase al mundo su plenitud y suficiencia.  Los miembros de la iglesia, los que han sido llamados de las tinieblas a su luz admirable, han de revelar su gloria.  La iglesia es la depositaria de las riquezas de la gracia de Cristo; y mediante la iglesia se manifestará con el tiempo, aún a “los principados y potestades en los cielos”(Efe. 3: 10), el despliegue final y pleno del amor de Dios.” H.AP. 10/1

“Desde el principio Dios ha obrado por medio de su pueblo para proporcionar bendición al mundo.  Para la antigua nación egipcia Dios hizo de José una fuente de vida.  Mediante la integridad de José fue preservada la vida de todo ese pueblo.  Mediante Daniel Dios salvó la vida de todos los sabios de Babilonia. Y esas liberaciones son lecciones objetivas; ilustran las bendiciones espirituales ofrecidas al mundo mediante la relación con el Dios a quien José y Daniel adoraban.  Todo aquel en cuyo corazón habite Cristo, todo aquel que quiera revelar su amor al mundo, es colaborador con Dios para la bendición de la humanidad.  Cuando recibe gracia del Salvador para impartir a otros, de todo su ser fluye la marea de vida espiritual.” H.AP. 12/1

“Y hoy, Dios sigue usando su iglesia para dar a conocer su propósito en la tierra.  Hoy los heraldos de la cruz van de ciudad en ciudad, y de país en país para preparar el camino para la segunda venida de Cristo. Se exalta la norma de la ley de Dios.  El Espíritu del Todopoderoso conmueve el corazón de los hombres, y los que responden a su influencia llegan a ser testigos de Dios y de su verdad. Pueden verse en muchos lugares hombres y mujeres consagrados comunicando a otros la luz que les aclaró el camino de la salvación por Cristo. Y mientras continúan haciendo brillar su luz, como aquellos que fueron bautizados con el Espíritu en el día de Pentecostés, reciben más y aun más del poder del Espíritu.  Así la tierra ha de ser iluminada con la gloria de Dios.” H.AP. 44/1

“La comisión evangélica es la magna carta misionera del reino de Cristo.  Los discípulos habían de trabajar fervorosamente por las almas, dando a todos la invitación de misericordia.  No debían esperar que la gente viniera a ellos; sino que debían ir ellos a la gente con su mensaje.

Los discípulos habían de realizar su obra en el nombre de Cristo. Todas sus palabras y hechos habían de llamar la atención al poder vital de su nombre para salvar a los pecadores.  Su fe habría de concentrarse en Aquel que es la fuente de la misericordia y el poder. En su nombre habían de presentar sus peticiones ante el Padre, y recibirían respuesta.  Habían de bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.  El nombre de Cristo había de ser su consigna, su divisa distintiva, su vínculo de unión, la autoridad para su curso de acción y la fuente de su éxito.  Nada que no llevara su nombre y su inscripción había de ser reconocido en su reino.” H.AP. 23/1-2

La iglesia tiene el deber de instruir a sus miembros:

Hechos 15:35 “Y Pablo y Bernabé continuaron en Antioquía, y junto con muchos otros, enseñaban y anunciaban la Palabra del Señor.”

“Cada iglesia debe ser escuela práctica de obreros cristianos. Sus miembros deberían aprender a dar estudios bíblicos, a dirigir y enseñar clases en las escuelas sabáticas, a auxiliar al pobre y cuidar al enfermo, y trabajar en pro de los inconversos. Debería haber escuelas de higiene, clases culinarias y para varios ramos de la obra caritativa cristiana. Debería haber no sólo enseñanza teórica, sino también trabajo práctico bajo la 108 dirección de instructores experimentados. Abran los maestros el camino trabajando entre el pueblo, y otros, al unirse con ellos, aprenderán de su ejemplo. Un ejemplo vale más que muchos preceptos.” M.C. 107/4; 108/0

“Muchos trabajarían con gusto si se les enseñara cómo empezar. Necesitan instrucción y aliento.” M.C. 107/3up

“Los miembros de iglesia, jóvenes y viejos, debieran ser educados para salir a proclamar este último mensaje al mundo.  Si van con humildad, los ángeles de Dios irán con ellos, enseñándoles la forma de elevar la voz en oración, cómo elevar la voz en el canto y cómo proclamar el mensaje del Evangelio para este tiempo” M.B. 98/1sp

“En toda iglesia, los miembros deben ser adiestrados de tal manera que dediquen tiempo a ganar almas para Cristo.  ¿Cómo puede decirse de la iglesia: “Vosotros sois la luz del mundo,” a menos que sus miembros estén realmente impartiendo luz?

Despierten y comprendan su deber los que están encargados del rebaño de Cristo, y pongan a muchas almas a trabajar.” J.T. tomo III Pág.69/1-2 

¿Cuál será el resultado para una iglesia que trabaja?

Hechos 2: 41 “Así, los que recibieron su palabra, fueron bautizados. Y se les unieron en ese día como tres mil personas.”

Hechos  5:14 “Y los que creían en el Señor aumentaban cada día más; tanto hombres como mujeres se agregaban a ellos.”

“Una iglesia que trabaja es una iglesia que crece.  Los miembros hallan estímulo y tónico en ayudar a los demás.  He leído que en cierta ocasión un hombre, mientras viajaba en un día de invierno por lugares en donde la nieve se había amontonado en grandes cantidades, quedó entumecido por el frío, que le estaba quitando imperceptiblemente toda fuerza vital.  Estaba casi congelado, y a punto de renunciar a la lucha por la existencia, cuando oyó los gemidos de un compañero de viaje, que también perecía de frío.  Su simpatía se despertó y resolvió salvarlo.  Restregó los helados miembros del desdichado, y después de muchos esfuerzos logró ponerlo de pie.  Como el recién hallado no podía estarse de pie, lo llevó en brazos, con simpatía, a través de amontonamientos de nieve que él nunca hubiese pensado poder pasar solo.

Cuando hubo llevado a su compañero de viaje a un lugar de refugio, comprendió repentinamente que al salvar a su prójimo, se había salvado a sí mismo.  Sus ardorosos esfuerzos para ayudar a otro, habían  vivificado la sangre que se estaba helando en sus propias venas, y habían hecho llegar un sano calor a sus extremidades.”M.B. 321/2-3; 322/0

¿Con qué es comparada la iglesia del Señor?

Cantares 6:10 “¿Quién es ésta que se muestra como el alba, hermosa como la luna, esclarecida como el sol, imponente como ejércitos en orden?”

2 Corintios 6:7 “en palabra de verdad, en poder de Dios, en armas de justicia a la derecha y a la izquierda.”

“La iglesia de Cristo puede ser adecuadamente comparada con un ejército.  La vida de cada soldado es de esfuerzos, penalidades y peligros.  Por doquiera hay enemigos vigilantes, dirigidos por el príncipe de los poderes de las tinieblas, que nunca duerme y nunca abandona su puesto. Siempre que un cristiano se descuida, este poderoso adversario ejecuta un súbito y violento ataque. A menos que los miembros de la iglesia sean activos y vigilantes, serán vencidos por las tácticas del enemigo. 

¿Qué sucedería si la mitad de los soldados de un ejército se hallaran despreocupados o dormidos cuando se les ordenara que estuvieran en su puesto? El resultado sería la derrota, el cautiverio o la muerte. ¿Escaparía alguno de las manos del enemigo, si fueran tenidos por dignos de un indulto? No, rápidamente recibirían la sentencia de muerte. Y en la iglesia de Cristo el descuido o la infidelidad implican consecuencias mucho más importantes. Qué podría ser más terrible que un ejército de soldados cristianos somnolientos ¿Qué avance podrían hacer contra el mundo?…

El Maestro demanda obreros evangélicos. ¿Quiénes responderán?  Todos los que entran en el ejército no han de ser generales, capitanes, sargentos, ni siquiera cabos.  No todos tienen el cuidado y la responsabilidad de dirigir.  Hay duro trabajo de otras clases que debe hacerse.  Algunos deben cavar trincheras y construir fortificaciones, algunos han de estar como centinelas, algunos han de llevar mensajes.  Al paso que no hay sino pocos oficiales, se requieren muchos soldados para formar las filas del ejército; sin embargo, su éxito depende de la fidelidad de cada soldado…” A fin de conocerle del 26 de Mayo

“La iglesia de Cristo está organizada para servir. Tal es su consigna. Sus miembros son soldados que han de ser adiestrados para combatir bajo las órdenes del Capitán de su salvación.” M.C. 107/2pp

La autoridad de la iglesia:

Mateo 18:18 “Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra, habrá sido atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, habrá sido desatado en el cielo.”

“De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo” (Mat. 18:18). Cuando toda especificación que Cristo ha dado haya sido puesta por obra con el verdadero espíritu cristiano, entonces, y solamente entonces, el cielo ratifica la decisión de la iglesia, porque sus miembros tienen la mente de Cristo y hacen lo que él haría si estuviera en la tierra” M.S. Tomo III Pág. 23/1

¿Cual es deber de la iglesia del señor?

2 Timoteo 4:2 “Que prediques la Palabra, que instes a tiempo y a destiempo. Convence, reprende y anima, con toda paciencia y doctrina.”

Isaías 58:1 “Clama a voz en cuello, no te detengas. Alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado.”

“A los que remitiereis los pecados –dijo Cristo,– les son remitidos: a quienes los retuviereis, serán retenidos.” Cristo no da aquí a nadie libertad para juzgar a los demás. En el sermón del monte, lo prohibió. Es prerrogativa de Dios. Pero coloca sobre la iglesia organizada una responsabilidad por sus  miembros individuales. La iglesia tiene el deber de amonestar, instruir y si es posible restaurar a aquellos que caigan en el pecado. “Redarguye, reprende, exhorta –dice el Señor,– con toda paciencia y doctrina.” Obrad fielmente con los que hacen mal. Amonestad a toda alma que está en peligro. No dejéis que nadie se engañe. Llamad al pecado por su nombre. Declarad lo que Dios ha dicho respecto de la mentira, la violación del sábado, el robo, la idolatría y todo otro mal: “Los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios.” Si persisten en el pecado, el juicio que habéis declarado por la Palabra de Dios es pronunciado sobre ellos en el cielo. Al elegir pecar, niegan a Cristo; la iglesia debe mostrar que no sanciona sus acciones, o ella misma deshonra a su Señor. Debe decir acerca del pecado lo que Dios dice de él. Debe tratar con él como Dios lo indica, y su acción queda ratificada en el cielo. El que desprecia la autoridad de la iglesia desprecia la autoridad de Cristo mismo.

Pero el cuadro tiene un aspecto más halagüeño. “A los que remitiereis los pecados, les son remitidos.” Dad el mayor relieve a este pensamiento. Al trabajar por los que yerran, dirigid todo ojo a Cristo. Tengan los pastores tierno cuidado por el rebaño de la dehesa del Señor. Hablen a los que yerran de la misericordia perdonadora del Salvador. Alienten al pecador a arrepentirse y a creer en Aquel que puede perdonarle. Declaren, sobre la autoridad de la Palabra de Dios: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad.” A todos los que se arrepienten se les asegura: “El tendrá misericordia de nosotros; él sujetará nuestras iniquidades, y echará en los profundos de la mar todos nuestros pecados.”

Sea el arrepentimiento del pecador aceptado por la iglesia con corazón agradecido. Condúzcase al arrepentido de las tinieblas de la incredulidad a la luz de la fe y de la justicia. Colóquese su mano temblorosa en la mano amante de Jesús. Una remisión tal es ratificada en el cielo.

Unicamente en este sentido tiene la iglesia poder para absolver al pecador. La remisión de los pecados puede obtenerse únicamente por los méritos de Cristo. A ningún hombre, a ningún cuerpo de hombres, es dado el poder de librar al alma  de la culpabilidad. Cristo encargó a sus discípulos que predicasen la remisión de pecados en su nombre entre todas las naciones; pero ellos mismos no fueron dotados de poder para quitar una sola mancha de pecado. El nombre de Jesús es el único nombre “debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” D.T.G. 745/5-747/0

El espíritu independentista no es de origen divino:

“Es el esfuerzo estudiado de él [Satanás] inducir a los profesos cristianos a alejarse tanto como sea posible de las disposiciones del cielo; por lo tanto, engaña aun a los profesos hijos de Dios y les hace creer que el orden y la disciplina son enemigos de la  espiritualidad;  que la única seguridad para ellos consiste en dejar  que uno siga su propia conducta, y permanezca especialmente distinto y alejado de las congregaciones de cristianos que están unidos y trabajando para establecer la disciplina y la armonía de acción. Todos los esfuerzos en ese sentido, son considerados como peligrosos, una restricción de la libertad a que tienen derecho, y por lo tanto se los teme como al papismo. Estas almas engañadas consideran que es una virtud jactarse de su libertad para pensar y actuar independientemente. Ellos no aceptarán al pie de la letra el dicho de ningún hombre. No se hacen responsables ante ningún hombre.  Ha sido la obra especial de Satanás y sigue siéndolo, el inducir a los hombres a sentir que Dios les ordena marchar por sí mismos, y elegir su propio orden, independientemente de sus hermanos.” EV. 234/2

¿Cómo podemos llegar a formar parte de la iglesia de Señor?

1 Corintios 12:13 “Porque por un Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, siervos o libres. Y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.”

“La salvación no está en el bautismo, no se recibe con tener los nombres inscriptos en los libros de la iglesia, no se obtiene predicando la verdad. La salvación se consigue mediante una unión vivificante con Cristo que renueva el corazón, y al hacer las obras  de Cristo con fe  y al trabajar con amor, paciencia, humildad y esperanza. Cada alma unida con Cristo será un misionero viviente para todos los que la rodean.” EV. 234/4

“El unirse con la iglesia, aunque es un acto importante y necesario, no lo hace a uno cristiano ni le asegura la salvación.  No podemos asegurarnos el derecho al cielo por hacer registrar nuestro nombre en el libro de la iglesia mientras nuestro corazón quede enajenado de Cristo.  Debemos ser sus fieles representantes en la tierra y trabajar al unísono con él. “Amados, ahora somos hijos de Dios.”  (1 Juan 3:2.) Debemos tener presente esta santa relación y no hacer nada que deshonre la causa de nuestro Padre.” J.T. Tomo I Pág. 444/2sp


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