Los principios de fe dicen así:
Creemos que la segunda venida de Jesús está muy cercana. (Lucas 21:25-27; Mateo 24:3-14; 16:27; 25:31). Cristo volverá con gran poder y gloria (Mateo 24:30).
Creemos que la segunda venida de cristo será personal y visible (Mateo 24:30; Hechos 1:8-11; Marcos 13:26; 14:62). Cuando esto se efectuare, resucitarán primero aquellos que ha muerto en Cristo, y los vivos serán transformados. (1 Tesalonicenses 4: 15-17; Eclesiastés 9:5-6; Isaías 51:12; Romanos 6:12; 2 Timoteo 6:16).
La Segunda Venida de Cristo:
Mateo 24: 30 “Y entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre, y todas las naciones de la tierra se lamentarán; y verán al Hijo del Hombre que viene sobre las nubes del cielo, con gran poder y grande majestad”
¿Quiénes hablaron de su segunda venida?
- Enoc:
Judas 14 “De ellos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, cuando dijo: “El Señor viene con sus santos millares”
- Job:
Job 19:25-27 “Yo sé que mi Redentor vive, y que al fin se levantará sobre la tierra. “Y después, revestido de mi piel, estando en mi cuerpo, veré a Dios. “¡Yo mismo lo veré! ¡Mis propios ojos, y no otro! ¡Cómo lo anhela mi corazón dentro de mí!”
- David:
Salmos 50:3 “Vendrá nuestro Dios, y no callará. Fuego consumirá delante de él, y una poderosa tempestad lo rodeará.”
- Isaías:
Isaías 35:4 “Decid a los de corazón apocado: “¡Ánimo! ¡No temáis! Vuestro Dios viene con venganza, con recompensa. Dios mismo vendrá, y os salvará”.”
- Habacuc:
Habacuc 2:3-4 “El Eterno me respondió: “Escribe la visión, y declárala en tablas, para que se pueda leer de corrido. “Porque la visión es para el tiempo fijado. Llegará a su fin, y no fallará. Si tardara, espérala, que sin duda vendrá, y no fallará.”
Habacuc 3:3-6 “Dios viene de Temán, y el Santo del monte de Parán. Su gloria cubre los cielos, y la tierra se llena de su alabanza. El resplandor es como la luz del sol. Rayos brillantes salen de su mano, allí está escondido su poder. Ante su rostro van las plagas, y la peste sigue sus pasos. Se levanta, y sacude la tierra. Mira, y tiemblan las naciones. Los montes antiguos se desmenuzan, las colinas perpetuas se humillan a él. Sus caminos son eternos.”
- Pablo:
1 Tesalonicenses 1:10 “y esperar de los cielos a su Hijo que resucitó de los muertos, a Jesús, que nos libra de la ira venidera.”
Filipenses 3:20 “Pero nuestra ciudadanía está en el cielo, de donde esperamos ansiosamente al Salvador, al Señor Jesucristo”
2 Timoteo 4:8 “Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, que me dará el Señor, Juez justo, en aquel día. Y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.”
Hebreos 10:37 “Porque aún un poco, muy poco más, y el que ha de venir vendrá, y no tardará”
- Pedro:
2 Pedro 1:16 “Porque no hemos seguido fábulas ingeniosas, cuando os hemos hablado del poder y de la venida de nuestro Señor Jesucristo, sino que fuimos testigos oculares de su majestad.”
- Santiago:
Santiago 5:7-9 “Hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra. Aguarda con paciencia hasta recibir la lluvia temprana y tardía. Tened también vosotros paciencia, afirmad vuestro corazón, porque la venida del Señor se acerca. Hermanos, no os quejéis unos de otros, para que no seáis condenados. Mirad que el Juez está a la puerta.”
- Juan:
Apocalipsis 22:20 “El que testifica de estas cosas, dice: “Ciertamente, vengo en breve”. ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!
- Los ángeles:
Hechos 1:10-11 “Mientras miraban fijamente cómo iba al cielo, se pusieron junto a ellos dos varones vestidos de blanco, y les dijeron: “Galileos, ¿por qué quedáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de vosotros al cielo volverá del mismo modo en que lo habéis visto ir al cielo”.”
- Cristo mismo:
Juan 14:1-3,18,28 “”No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios, creed también en mí. “En la casa de mi Padre hay muchas moradas. Si así no fuera, os lo hubiera dicho. Voy, pues, a preparar lugar para vosotros. “Y cuando me vaya y os prepare lugar, vendré otra vez, y os llevaré conmigo, para que donde yo esté, vosotros también estéis…No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros….Habéis oído que os dije: Me voy, pero volveré a vosotros. Si me amaseis, os alegraríais de que me vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo.”
Mateo 26:64 “Jesús respondió: “Sí. Tú lo has dicho. Además, os digo que en el futuro veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Todopoderoso, y que viene en las nubes del cielo”.”
Objetivos de la Segunda Venida de Cristo:
- Completar la grande obra de la redención:
Lucas 21:28 “Entonces verán al Hijo del Hombre, que viene en una nube, con poder y grande majestad. “Cuando estas cosas empiecen a suceder, cobrad ánimo, y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca””
“Cristo había mandado a sus discípulos que se fijasen en las señales de su advenimiento, y que se alegrasen cuando viesen las pruebas de que se acercaba. “Cuando estas cosas comenzaren a hacerse -dijo,- mirad, y levantad vuestras cabezas, por que vuestra redención está cerca.” Llamó la atención de sus discípulos a los árboles a punto de brotar en primavera, y dijo: “Cuando ya brotan, viéndolo, de vosotros mismos entendéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando viereis hacerse estas cosas, entended que está cerca el reino de Dios.” (S. Lucas 21: 28, 30, 31.)” C.S. 354/1
- Resucitar a los justos muertos:
1 Tesalonicenses 4:16 “Porque el mismo Señor descenderá del cielo con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero.”
“Entre las oscilaciones de la tierra, las llamaradas de los relámpagos y el fragor de los truenos, el Hijo de Dios llama a la vida a los santos dormidos. Dirige una mirada a las tumbas de los justos, y levantando luego las manos al cielo, exclama: “¡Despertaos, despertaos, despertaos, los que dormís en el polvo, y levantaos!” Por toda la superficie de la tierra, los muertos oirán esa voz; y los que la oigan vivirán. Y toda la tierra repercutirá bajo las pisadas de la multitud extraordinaria de todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos. De la prisión de la muerte sale revestida de gloria inmortal gritando “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” (1 Corintios 15: 55.) Y los justos vivos unen sus voces a las de los santos resucitados en prolongada y alegre aclamación de victoria. Todos salen de sus tumbas de igual estatura que cuando en ellas fueran depositados. Adán, que se encuentra entre la multitud resucitada, es de soberbia altura y formas majestuosas, de porte poco inferior al del Hijo de Dios. Presenta un contraste notable con los hombres de las generaciones posteriores; en este respecto se nota la gran degeneración de la raza humana. Pero todos se levantan con la lozanía y el vigor de eterna juventud. Todas las imperfecciones y deformidades quedan en la tumba. Reintegrados en su derecho al árbol de la vida, en el desde tanto tiempo perdido Edén, los redimidos crecerán hasta alcanzar la estatura perfecta de la raza humana en su gloria primitiva. Las últimas señales de la maldición del pecado serán quitadas, y los fieles discípulos de Cristo aparecerán en “la hermosura de Jehová nuestro Dios,” reflejando en espíritu, cuerpo y alma la imagen perfecta de su Señor.” C. S. 702/2,3
- Destruír a los impíos:
2 Tesalonicenses 1:6-8 “Dios es justo al retribuir con tribulación a los que os atribulan, y al daros reposo a vosotros que sois atribulados, y a nosotros también. Esto sucederá cuando el Señor Jesús aparezca desde el cielo con sus poderosos ángeles, en llama de fuego, para dar la retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo.”
2 Tesalonicenses 2:8 “Entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el aliento de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida.”
Isaías 13:6-9 “Aullad, porque cerca está el día del Eterno, vendrá como destrucción del Todopoderoso. Por tanto, toda mano se debilitará, y desfallecerá todo corazón de hombre. Se llenarán de terror. Angustias y dolores se apoderan de ellos, dolores como mujer de parto. Cada cual se asombrará al mirar a su compañero; sus rostros, rostros encendidos. El día del Eterno viene, terrible, de ira y ardiente furor, para asolar la tierra, y raer a sus pecadores.”
Isaías 2:20-21 “Aquel día el hombre arrojará a los topos y murciélagos sus ídolos de plata y de oro, que hizo para adorarlos. Y entrará en las hendiduras de las rocas, en las cavernas de las peñas, por la presencia temible del Eterno, y por el resplandor de su majestad, cuando él se levante para sacudir con fuerza la tierra.”
Apocalipsis 6:14-17 “El cielo se retiró como un pergamino que se enrolla, y todo monte y toda isla fueron removidos de su lugar. Entonces los reyes de la tierra, los grandes y los ricos, los capitanes y los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes. Y decían a los montes y a las peñas: “Caed sobre nosotros, y escondednos de la vista de Aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero. “Porque ha llegado el gran día de su ira, ¿y quién podrá quedar en pie?””
“Y los reyes de la tierra y los príncipes, y los ricos, y los capitanes, y los fuertes, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero: porque el gran día de su ira es venido; ¿y quién podrá estar firme?” (Apocalipsis 6: 15-17.)….. De las bocas que se mofaban poco antes, estalla el grito: “El gran día de su ira es venido; ¿y quién podrá estar firme?”…. Allí están los que se mofaron de Cristo en su humillación. Con fuerza penetrante acuden a su mente las palabras del Varón de dolores, cuando, conjurado por el sumo sacerdote, declaró solemnemente: “Desde ahora habéis de ver al Hijo del hombre sentado a la diestra de la potencia de Dios, y que viene en las nubes del cielo.” (S. Mateo 26: 64.) Ahora le ven en su gloria, y deben verlo aún sentado a la diestra del poder divino…. Los sacerdotes y los escribas recuerdan los acontecimientos del Calvario con claridad aterradora. Llenos de horror recuerdan cómo, moviendo sus cabezas con arrebato satánico, exclamaron: “A otros salvó, a sí mismo no puede salvar: si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él. Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere.” (S. Mateo 27: 42, 43.)…..Y entonces se levanta un grito de agonía mortal. Más fuerte que los gritos de “¡Sea crucificado! ¡Sea crucificado!” que resonaron por las calles de Jerusalén, estalla el clamor terrible y desesperado: “¡Es el Hijo de Dios! ¡Es el verdadero Mesías!” Tratan de huir de la presencia del Rey de reyes. En vano tratan de esconderse en las hondas cuevas de la tierra desgarrada por la conmoción de los elementos.” C. S. 699/3; 700/0,1sp, 3; 701/0,2,3sp
“A la venida de Cristo los impíos serán borrados de la superficie de la tierra, consumidos por el espíritu de su boca y destruídos por el resplandor de su gloria.” C. S. 715/2pp
- Trasladar a los justos vivos:
Juan 14:3 “Y cuando me vaya y os prepare lugar, vendré otra vez, y os llevaré conmigo, para que donde yo esté, vosotros también estéis.”
1 Tesalonicenses 4:17 “Luego nosotros, los que vivamos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes, a recibir al Señor en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor.”
1 Corintios15:51-52 “He aquí os digo un misterio: no todos dormimos; pero todos seremos transformados; en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles y nosotros seremos transformados”
“Los justos vivos son mudados “en un momento, en un abrir de ojo.” A la voz de Dios fueron glorificados; ahora son hechos inmortales, y juntamente con los santos resucitados son arrebatados para recibir a Cristo su Señor en los aires. Los ángeles “juntarán sus escogidos de los cuatro vientos, de un cabo del cielo hasta el otro.” Santos ángeles llevan niñitos a los brazos de sus madres. Amigos, a quienes la muerte tenía separados desde largo tiempo, se reúnen para no separarse más, y con cantos de alegría suben juntos a la ciudad de Dios”. C. S. 703/1
¿Cuándo vendrá?
“Cristo espera con deseo anhelante la manifestación de si mismo en su iglesia. Cuando el carácter de Cristo sea perfectamente reproducido en su pueblo, entonces vendrá el para reclamarlos como suyos. Todo cristiano tiene la oportunidad no solo de esperar sino de apresurar la venida de nuestro Señor Jesucristo”. E. U. D. 39/3,4pp
¿Por qué no ha venido?
- Muchos serían encontrados sin preparación:
“La larga noche de lobreguez es angustiosa, pero se posterga la mañana por misericordia, por que si el maestro viniese muchos serian encontrados sin preparación” E.U.D. 38/1
- No se ha dado el mensaje al mundo:
“Si la iglesia de Cristo hubiese hecho su obra como el señor le ordenaba, todo el mundo habría sido ya amonestado, y el señor Jesús habría venido a nuestra tierra con poder y gran gloria” E.U.D. 38/4
“Si el propósito de Dios de dar al mundo el mensaje de misericordia hubiese sido llevado a cabo por su pueblo, Cristo habría venido ya a la tierra, y los santos habrían recibido su bienvenida en la ciudad de Dios.” J.T. Tomo III Pág. 72/2up
- Por los pecados de Israel:
“No era la voluntad de Dios que se demorara así la venida de Cristo. Dios no tuvo el propósito de que su pueblo, Israel, vagara cuarenta años por el desierto. Prometió guiarlos directamente a la tierra de Canaán, y establecerlos allí como un pueblo santo, lleno de salud y feliz. Pero aquellos a quienes primero se les predicó, no entraron “a causa de incredulidad” (Heb. 3: 19). Sus corazones estuvieron llenos de murmuración, rebelión y odio, y Dios no pudo cumplir su pacto con ellos.
Durante cuarenta años, la incredulidad, la murmuración y la rebelión impidieron la entrada del antiguo Israel en la tierra de Canaán. Los mismos pecados han demorado la entrada del moderno Israel en la Canaán celestial. En ninguno de los dos casos faltaron las promesas de Dios. La incredulidad, la mundanalidad, la falta de consagración y las contiendas entre el profeso pueblo de Dios nos han mantenido en este mundo de pecado y tristeza tantos años.”
M.S. tomo I Pág. 78/1-2
Conclusión:
“Cristo va a venir en las nubes y con grande gloria. Le acompañará una multitud de ángeles resplandecientes. Vendrá para resucitar a los muertos y para transformar a los santos vivos de gloria en gloria. Vendrá para honrar a los que le amaron y guardaron sus mandamientos, y para llevarlos consigo. No los ha olvidado ni tampoco ha olvidado su promesa. Volverán a unirse los eslabones de la familia. Cuando miramos a nuestros muertos, podemos pensar en la mañana en que la trompeta de Dios resonará, cuando “los muertos serán levantados sin corrupción, y nosotros seremos transformados.” Aun un poco más, y veremos al Rey en su hermosura. Un poco más, y enjugará toda lágrima de nuestros ojos. Un poco más, y nos presentará “delante de su gloria irreprensibles, con grande alegría.” Por lo tanto, cuando dio las señales de su venida, dijo: “Cuando estas cosas comenzaren a hacerse, mirad, y levantad vuestras cabezas, porque vuestra redención está cerca.”” D.T.G. 586/1
“Las palabras de Cristo fueron pronunciadas para nosotros los que vivimos ahora, en la etapa final de la historia de esta tierra. “Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”(Luc. 21:28). Las naciones están desasosegadas. Vivimos en tiempos de perplejidad. Rugen las olas de la mar; los corazones de los hombres desfallecen por el temor y la expectación de las cosas que han de sobrevenir a la redondez de la tierra; pero aquellos que creen en el Hijo de Dios oirán su voz en medio de la tormenta, la cual les dirá: “Yo soy, no temáis” (Mat. 14:27)… Contemplamos el mundo que yace en maldad y apostasía. Pareciera casi universal la rebelión contra los mandamientos de Dios. En medio del tumulto de la excitación acompañado de confusión que reina por doquiera, hay una obra que debe ser hecha en el mundo” EV. 17/1