Los principios de fe dicen así:
Creemos que el mensaje de Apocalipsis 14: 6-12, constituye la ultima “verdad presente” del plan de salvación. Comenzando a tiempo determinado en 1844 exhorta hoy a todos los hombres a guardar los diez mandamientos de Dios y especialmente el Sábado, advirtiendo al mismo tiempo de la adoración de sistemas religiosos terrestres (La Bestia y su Imagen), que exigen su obediencia por el estado.
El fin de este último mensaje de gracia es preparar a un pueblo de todos los pueblos, que pueda encontrarse con Jesús en su segunda venida y que los guarde de las plagas, que caerán al fin del tiempo de gracia, como la ira pura de Dios, sobre la cristiandad apóstata. (Apocalipsis 15:8; y capítulo 16).
El triple Mensaje Angélico:
Apocalipsis 14:6-12 “Entonces vi a otro ángel que volaba por el cielo, con el evangelio eterno para predicarlo a los que habitan en la tierra, a toda nación y tribu, lengua y pueblo. Decía a gran voz: “¡Reverenciad a Dios y dadle honra, porque ha llegado la hora de su juicio! Y adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”.Un segundo ángel lo siguió, diciendo: “¡Ha caído, ha caído la gran Babilonia!, porque ha dado a beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación”.Y el tercer ángel los siguió diciendo a gran voz: “Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe su marca en su frente o en su mano,”éste también beberá del vino de la ira de Dios, vaciado puro en la copa de su ira. Y será atormentado con fuego y azufre ante los santos ángeles y ante el Cordero. “Y el humo de su tormento sube para siempre jamás. Y los que adoran a la bestia y a su imagen, y los que reciben la marca de su nombre, no tienen reposo ni de día ni de noche. “¡Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los Mandamientos de Dios y la fe de Jesús!”
¿Qué representan los ángeles?
“Los tres ángeles de Apocalipsis 14 representan a aquellos que aceptan la luz de los mensajes de Dios, y salen como agentes suyos para pregonar las amonestaciones por toda la anchura y longitud de la tierra. Cristo declara a los que le siguen: “Sois la luz del mundo.” (Mat. 5: 14.)” Joyas Tomo II pag. 156/1sp
“Este mensaje es declarado parte del “evangelio eterno.” La predicación del Evangelio no ha sido encargada a los ángeles, sino a los hombres. En la dirección de esta obra se han empleado ángeles santos y ellos tienen a su cargo los grandes movimientos para la salvación de los hombres; pero la proclamación misma del Evangelio es llevada a cabo por los siervos de Cristo en la tierra.”C.S. 357/3
“El escoge a los seres humanos, a los hombres rodeados de flaquezas, como instrumentos para realizar sus designios. El inestimable tesoro se coloca en vasos de barro. Mediante los hombres han de comunicarse al mundo sus bendiciones y ha de brillar su gloria en las tinieblas del pecado. Por su ministerio amante deben ellos encontrar al pecador y al necesitado para guiarlos a la cruz. Y en toda su obra tributarán gloria, honor y alabanza a Aquel que está por encima de todo y sobre todos.” H.A. 272/1sp
“Estos ángeles son evidentemente simbólicos pues la obra que se les asigna, es predicar el evangelio eterno a la gente. Pero la predicación del evangelio no ha sido confiada a ángeles literales, sino a los hombres, y estos son responsables de este cometido sagrado. Por lo tanto cada uno de estos tres ángeles simboliza a los que son enviados a dar a conocer a sus semejantes las verdades especiales que constituyen estos mensajes.” D. y Apoc. Tomo II pag. 259/1
Pues la palabra de Dios dice:
Mateo 28:19-20 “”Por tanto, id y haced discípulos en todas las naciones, bautizándolos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, “enseñándoles que guarden todo lo que os he mandado. Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.”
Lucas 19:40 “Y él respondió: “Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían”.”
Un mensaje mundial:
“En la profecía del primer mensaje angelical, en el capítulo 14 del Apocalipsis, se predice un gran despertamiento religioso bajo la influencia de la proclamación de la próxima venida de Cristo. Se ve un “ángel volando en medio del cielo, teniendo un evangelio eterno que anunciar a los que habitan sobre la tierra, y a cada nación, y tribu, y lengua, y pueblo.” “A gran voz” proclama el mensaje: “¡Temed a Dios y dadle gloria; porque ha llegado la hora de su juicio; y adorad al que hizo el cielo y la tierra, y el mar y las fuentes de agua!”(Apocalipsis 14: 6, 7, V.M.)
La circunstancia de que se diga que es un ángel el heraldo de esta advertencia, no deja de ser significativa. La divina sabiduría tuvo a bien representar el carácter augusto de la obra que el mensaje debía cumplir y el poder y gloria que debían acompañarlo, por la pureza, la gloria y el poder del mensajero celestial. Y el vuelo del ángel “en medio del cielo,” la “gran voz” con la que se iba a dar la amonestación, y su promulgación a todos “los que habitan” “la tierra” -“a cada nación, y tribu, y lengua, y pueblo,”- evidencian la rapidez y extensión universal del movimiento.” C.S. 404/1-2
“El movimiento adventista de 1840 a 1844 fue una manifestación gloriosa del poder divino; el mensaje del primer ángel fue llevado a todas las estaciones misioneras de la tierra, y en algunos países se distinguió por el mayor interés religioso que se haya visto en país cualquiera desde el tiempo de la Reforma del siglo XVI.” C.S. 669/1sp
“Algunos ministros se convencieron de la exactitud de los cálculos y las interpretaciones dadas a los periodos proféticos, y renunciando a su orgullo, a sus emolumentos y a sus parroquias, fueron de lugar en lugar para proclamar el mensaje. Pero como este mensaje del cielo sólo podía encontrar cabida en el corazón de algunos de los que se llamaban ministros de Cristo, la obra fue confiada a muchos que no eran predicadores. Algunos dejaron sus campos y otros sus tiendas y almacenes para proclamar el mensaje; y aun no faltaron profesionales de carrera liberal que abandonaron el ejercicio de su profesión para sumarse a la obra impopular de difundir el mensaje del primer ángel.
Hubo ministros que desechando sus opiniones y sentimientos sectarios se unieron para proclamar la venida de Jesús. Doquiera se publicaba el mensaje, conmoviese el ánimo de la gente. Los pecadores se arrepentían, lloraban e impetraban perdón; y quienes habían cometido algún hurto o desfalco, anhelaban restituir la substracción. Los padres sentían profundísima solicitud por sus hijos. Los que recibían el mensaje exhortaban a los parientes y amigos todavía no convertidos, y con el alma doblegada bajo el peso del solemne mensaje, los amonestaban e invitaban a prepararse para la venida del Hijo del hombre. Eran personas de corazón muy empedernido las que no quisieron ceder al peso de las evidencias dadas por las cariñosas advertencias. Esta obra purificadora de las almas desviaba los afectos de las cosas mundanas y los conducía a una consagración no sentida hasta entonces
Millares de personas abrazaban la verdad predicada por Guillermo Miller, y se levantaban siervos de Dios con el espíritu y el poder de Elías para proclamar el mensaje. Como Juan, el precursor de Jesús, los que predicaban ese solemne mensaje se veían movidos a poner la segura raíz de los árboles, y exhortar a los hombres a que diesen frutos de arrepentimiento. Propendía su testimonio a influir poderosamente en las iglesias y manifestar su verdadero carácter. Al resonar la solemne amonestación de que huyesen de la ira venidera, muchos miembros de las iglesias recibieron el salutífero mensaje, y echando de ver sus apostasías lloraron amargas lágrimas de arrepentimiento, y con profunda angustia de ánimo se humillaron ante Dios. Cuando el Espíritu de Dios se posó sobre ellos, ayudaron a difundir el pregón: “Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado.”” P.E. 232/1sp; 2; 233/0-1
Otros párrafos: C.S. 409/2, 410/0-1; 411/2; 412/1; 412/2, 413/2 ; 413/3, 414/1, 415/2
- EL PRIMER MANSAJE ANGÉLICO: 1833-1843
Apocalipsis 14:6-7 “Entonces vi a otro ángel que volaba por el cielo, con el evangelio eterno para predicarlo a los que habitan en la tierra, a toda nación y tribu, lengua y pueblo. Decía a gran voz: “¡Reverenciad a Dios y dadle honra, porque ha llegado la hora de su juicio! Y adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”.”
Predicado por Guillermo Miller:
“En 1833 Miller recibió de la iglesia bautista, de la cual era miembro, una licencia que le autorizaba para predicar. Además, buen número de los ministros de su denominación aprobaban su obra, y le dieron su sanción formal mientras proseguía sus trabajos.
Viajaba y predicaba sin descanso, si bien sus labores personales se limitaban principalmente a los estados del este y del centro de los Estados Unidos. Durante varios años sufragó él mismo todos sus gastos de su bolsillo y ni aun más tarde se le costearon nunca por completo los gastos de viaje a los puntos adonde se le llamaba. De modo que, lejos de reportarle provecho pecuniario, sus labores públicas constituían un pesado gravamen para su fortuna particular que fue menguando durante este período de su vida. Era padre de numerosa familia, pero como todos los miembros de ella eran frugales y diligentes, su finca rural bastaba para el sustento de todos ellos.” C.S. 380/2
¿Quien era Guillermo Miller?
“Un agricultor íntegro y de corazón recto, que había llegado a dudar de la autoridad divina de las Santas Escrituras, pero que deseaba sinceramente conocer la verdad, fue el hombre especialmente escogido por Dios para dar principio a la proclamación de la segunda venida de Cristo. Como otros muchos reformadores. Guillermo Miller había batallado con la pobreza en su juventud, y así había aprendido grandes lecciones de energía y abnegación.” C.S. 363/1pp
“Pero a la edad de treinta y cuatro, el Espíritu Santo obró en su corazón y le hizo sentir su condición de pecador. No hallaba en su creencia anterior seguridad alguna de dicha para más allá de la tumba. El porvenir se le presentaba sombrío y tétrico.” C.S. 364/1up
Otros párrafos: C.S. 376/4; 377/0,1up; 370/0,3; 383/2
La condición espiritual de las iglesias entre 1833 -1844
“Pero a medida que el espíritu de humildad y piedad fue reemplazado en la iglesia por el orgullo y formalismo, se enfriaron el amor a Cristo y la fe en su venida. Absorbido por la mundanalidad y la búsqueda de placeres, el profeso pueblo de Dios fue quedando ciego y no vio las instrucciones del Señor referentes a las señales de su venida. La doctrina del segundo advenimiento había sido descuidada; los pasajes de las Sagradas Escrituras que a ella se refieren fueron obscurecidos por falsas interpretaciones, hasta quedar ignorados y olvidados casi por completo. Tal fue el caso especialmente en las iglesias de los Estados Unidos de Norteamérica. La libertad y comodidad de que gozaban todas las clases de la sociedad, el deseo ambicioso de riquezas y lujo, que creaba una atención exclusiva a juntar dinero, la ardiente persecución de la popularidad y del poder, que parecían estar al alcance de todos, indujeron a los hombres a concentrar sus intereses y esperanzas en las cosas de esta vida, y a posponer para el lejano porvenir aquel solemne día en que el presente estado de cosas habrá de acabar.
Cuando el Salvador dirigió la atención de sus discípulos hacia las señales de su regreso, predijo el estado de apostasía que existiría precisamente antes de su segundo advenimiento. Habría, como en los días de Noé, actividad febril en los negocios mundanos y sed de placeres, y los seres humanos iban a comprar, vender, sembrar, edificar, casarse y darse en matrimonio, olvidándose entre tanto de Dios y de la vida futura. La amonestación de Cristo para los que vivieran en aquel tiempo es: “Mirad, pues, por vosotros mismos, no sea que vuestros corazones sean entorpecidos con la glotonería, y la embriaguez, y los cuidados de esta vida, y así os sobrevenga de improviso aquel día.” “Velad, pues, en todo tiempo, y orad, a fin de que logréis evitar todas estas cosas que van a suceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre.” (S. Lucas 21: 34, 36, V.M.).” C.S. 354/2-3; 355/0
“Los centinelas apostados sobre los muros de Sión deberían haber sido los primeros en recoger como al vuelo las buenas nuevas del advenimiento del Salvador, los primeros en alzar la voz para proclamarle cerca y advertir al pueblo que se preparase para su venida. Pero en vez de eso, estaban soñando tranquilamente en paz, mientras el pueblo seguía durmiendo en sus pecados. Jesús vio su iglesia, semejante a la higuera estéril, cubierta de hojas de presunción y sin embargo carente de rica fruta. Se observaban con jactancia las formas de religión, mientras que faltaba el espíritu de verdadera humildad, arrepentimiento y fe, o sea lo único que podía hacer aceptable el servicio ofrecido a Dios. En lugar de los frutos del Espíritu, lo que se notaba era orgullo, formalismo, vanagloria, egoísmo y opresión. Era aquélla una iglesia apóstata que cerraba los ojos a las señales de los tiempos. Dios no la había abandonado ni había dejado de ser fiel para con ella; pero ella se alejó de él y se apartó de su amor. Como se negara a satisfacer las condiciones, tampoco las promesas divinas se cumplieron para con ella.” C.S. 361/3; 362/0
“En el mes de febrero del mismo año, el profesor Finney, del colegio de Oberlin, dijo: “Hemos podido comprobar el hecho de que en general las iglesias protestantes de nuestro país, han sido o apáticas u hostiles con respecto a casi todas las reformas morales de la época. Existen excepciones parciales, pero no las suficientes para impedir que el hecho sea general. Tenemos además otro hecho más que confirma lo dicho y es la falta casi universal de influencias reavivadoras en las iglesias. La apatía espiritual lo penetra casi todo y es por demás profunda; así lo atestigua la prensa religiosa de todo el país…. De modo muy general, los miembros de las iglesias se están volviendo esclavos de la moda, se asocian con los impíos en diversiones, bailes, festejos, etc…. Pero no necesitamos extendernos largamente sobre tan doloroso tema. Basta con que las pruebas aumenten y nos abrumen para demostrarnos que las iglesias en general están degenerando de un modo que da pena. Se han alejado muchísimo de Dios, y él se ha alejado de ellas.”
Y un escritor declaraba en el Religious Telescope, conocido periódico religioso: “Jamás habíamos presenciado hasta ahora un estado de decadencia semejante al de la actualidad. En verdad que la iglesia debería despertar y buscar la causa de este estado aflictivo; pues tal debe ser para todo aquel que ama a Sión. Cuando recordamos cuán pocos son los casos de verdadera conversión, y la impenitencia sin igual y la dureza de los pecadores, exclamamos casi involuntariamente: ‘¿Se ha olvidado Dios de tener misericordia? o está cerrada la puerta de la gracia?’ “
Tal condición no existe nunca sin que la iglesia misma tenga la culpa. Las tinieblas espirituales que caen sobre las naciones, sobre las iglesias y sobre los individuos, no se deben a un retraimiento arbitrario de la gracia divina por parte de Dios, sino a la negligencia o al rechazamiento de la luz divina por parte de los hombres. Ejemplo sorprendente de esta verdad lo tenemos en la historia del pueblo judío en tiempo de Cristo. Debido a su apego al mundo y al olvido de Dios y de su Palabra, el entendimiento de este pueblo se había obscurecido y su corazón se había vuelto mundano y sensual. Así permaneció en la ignorancia respecto al advenimiento del Mesías, y en su orgullo e incredulidad rechazó al Redentor. Pero ni aun entonces Dios privó a la nación judía de conocer o participar en las bendiciones de la salvación. Pero los que rechazaron la verdad perdieron todo deseo de obtener el don del cielo. Ellos habían hecho “de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz” hasta que la luz que había en ellos se volvió tinieblas; y ¡cuán grandes fueron aquellas tinieblas!” C.S. 427/1-3 428/0
Objetivo de la predicación del primer mensaje angélico:
“Una gran obra de reforma debía realizarse para preparar a un pueblo que pudiese subsistir en el día de Dios. El Señor vio que muchos de los que profesaban pertenecer a su pueblo no edificaban para la eternidad, y en su misericordia iba a enviar una amonestación para despertarlos de su estupor e inducirlos a prepararse para la venida de su Señor.” C.S. 357/1
“El mensaje del primer ángel en el capítulo 14 del Apocalipsis, que anuncia la hora del juicio de Dios y que exhorta a los hombres a que le teman y adoren, tenía por objeto separar de las influencias corruptoras del mundo al pueblo que profesaba ser de Dios y despertarlo para que viera su verdadero estado de mundanalidad y apostasía. Con este mensaje Dios había enviado a la iglesia un aviso que, de ser aceptado, habría curado los males que la tenían apartada de él. Si los cristianos hubiesen recibido el mensaje del cielo, humillándose ante el Señor y tratando sinceramente de prepararse para comparecer ante su presencia, el Espíritu y el poder de Dios se habrían manifestado entre ellos. La iglesia habría vuelto a alcanzar aquel bendito estado de unidad, fe y amor que existía en tiempos apostólicos, cuando “la muchedumbre de los creyentes era de un mismo corazón y de una misma alma,” y “hablaron la Palabra de Dios con denuedo,” cuando “el Señor añadía a la iglesia los salvados, de día en día.” (Hechos 4: 32, 31; 2: 47, V.M.)
Si los que profesan pertenecer a Dios recibiesen la luz tal cual brilla sobre ellos al dimanar de su Palabra, alcanzarían esa unidad por la cual oró Cristo y que el apóstol describe como “la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.” “Hay -dice- un mismo cuerpo, y un mismo espíritu, así como fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un mismo Señor, una misma fe, un mismo bautismo.” (Efesios 4: 3-5, V.M.)” C.S 429/1-2
“Sin embargo, Dios cumplió su propósito misericordioso permitiendo que el juicio fuese proclamado precisamente como lo fue. El gran día estaba inminente, y en la providencia de Dios el pueblo fue probado tocante a un tiempo fijo a fin de que se les revelase lo que había en sus corazones. El mensaje tenía por objeto probar y purificar la iglesia. Los hombres debían ser inducidos a ver si sus afectos pendían de las cosas de este mundo o de Cristo y del cielo. Ellos profesaban amar al Salvador; debían pues probar su amor. ¿Estarían dispuestos a renunciar a sus esperanzas y ambiciones mundanas, para saludar con gozo el advenimiento de su Señor? El mensaje tenía por objeto hacerles ver su verdadero estado espiritual; fue enviado misericordiosamente para despertarlos a fin de que buscasen al Señor con arrepentimiento y humillación.” C.S. 401/2; 402/0
“Era su propósito despertar a la gente y colocarla en un punto de prueba donde se decidiese en pro o en contra de la verdad.” P.E. 232/1 sp
Este mensaje fue rechazado por la mayoría en todas las iglesias existentes para esa época:
“Pero las iglesias en general no aceptaron la amonestación. Sus ministros que, como centinelas “a la casa de Israel,” hubieran debido ser los primeros en discernir las señales de la venida de Jesús, no habían aprendido la verdad, fuese por el testimonio de los profetas o por las señales de los tiempos. Como las esperanzas y ambiciones mundanas llenaban su corazón, el amor a Dios y la fe en su Palabra se habían enfriado, y cuando la doctrina del advenimiento fue presentada, sólo despertó sus prejuicios e incredulidad. La circunstancia de ser predicado el mensaje mayormente por laicos, se presentaba como argumento desfavorable. Como antiguamente, se oponían al testimonio claro de la Palabra de Dios con la pregunta: “¿Ha creído en él alguno de los príncipes, o de los Fariseos?” Y al ver cuán difícil era refutar los argumentos sacados de los pasajes proféticos, muchos dificultaban el estudio de las profecías, enseñando que los libros proféticos estaban sellados y que no se podían entender. Multitudes que confiaban implícitamente en sus pastores, se negaron a escuchar el aviso, y otros, aunque convencidos de la verdad, no se atrevían a “por no ser echados de la sinagoga.” El mensaje que Dios había enviado para probar y purificar la iglesia reveló con exagerada evidencia cuán grande era el número de los que habían concentrado sus afectos en este mundo más bien que en Cristo. Los lazos que los unían a la tierra eran más fuertes que los que les atraían hacia el cielo. Prefirieron escuchar la voz de la sabiduría humana y no hicieron caso del mensaje de verdad destinado a escudriñar los corazones.
Al rechazar la amonestación del primer ángel, rechazaron los medios que Dios había provisto para su redención. Despreciaron al mensajero misericordioso que habría enmendado los males que los separaban de Dios, y con mayor ardor volvieron a buscar la amistad del mundo. Tal era la causa del terrible estado de mundanalidad, apostasía y muerte espiritual que imperaba en las iglesias en 1844.” C.S. 430/1; 431/0-1
Fue tan grande la oposición que atentaron contra el gran siervo de Dios Guillermo Miller:
“Los ministros que no querían aceptar este mensaje salvador, estorbaron a quienes lo hubieran recibido. La sangre de las almas está sobre ellos. Los predicadores y la gente se coligaron en oposición a este mensaje del cielo, para perseguir a Guillermo Miller y a quienes con él se unían en la obra. Se hicieron circular calumnias para perjudicar su influencia, y diferentes veces, después de declarar Miller el consejo de Dios e infundir contundentes verdades en el corazón del auditorio se encendía violenta cólera contra él, y al salir del lugar de la reunión le acechaban algunos para quitarle la vida. Pero Dios envió ángeles para protegerlo, y le salvaron de manos de las enfurecidas turbas. Su obra no estaba aún terminada.” P.E. 234/1
Observado por el cielo:
“Los más devotos recibían alegremente el mensaje. Sabían que dimanaba de Dios, y que había sido dado en tiempo oportuno. Los ángeles contemplaban con profundísimo interés el resultado del mensaje celestial, y cuando las iglesias se desviaban de él y lo rechazaban, consultaban ellos tristemente con Jesús, quién apartaba su rostro de las iglesias y ordenaba a sus ángeles que velasen fielmente sobre las preciosas almas que no rechazaban el testimonio, porque aún había de iluminarlas otra luz.” P.E. 234/2; 235/0
Aceptado por una minoría que se separo de estas iglesias apostatas:
“Tales fueron los resultados benditos experimentados por los que aceptaron el mensaje del advenimiento. Provenían de diferentes denominaciones, y sus barreras confesionales cayeron al suelo; los credos opuestos se hicieron añicos; la esperanza antibíblica de un milenio temporal fue abandonada, las ideas erróneas sobre el segundo advenimiento fueron enmendadas. el orgullo y la conformidad con el mundo fueron extirpados; los agravios fueron reparados; los corazones se unieron en la más dulce comunión, y el amor y el gozo reinaban por encima de todo; si esta doctrina hizo esto para los pocos que la recibieron, lo mismo lo habría hecho para todos, si todos la hubiesen aceptado.” C.S. 429/3; 430/0
“Los que aceptaron la doctrina del advenimiento vieron la necesidad de arrepentirse y humillarse ante Dios. Muchos habían estado vacilando mucho tiempo entre Cristo y el mundo; entonces comprendieron que era tiempo de decidirse. “Las cosas eternas asumieron para ellos extraordinaria realidad. Acercóseles el cielo y se sintieron culpables ante Dios.” – Bliss, pág. 146. Nueva vida espiritual se despertó en los creyentes. El mensaje les hizo sentir que el tiempo era corto, que debían hacer pronto cuanto habían de hacer por sus semejantes. La tierra retrocedía, la eternidad parecía abrirse ante ellos, y el alma, con todo lo que pertenece a su dicha o infortunio inmortal, eclipsaba por así decirlo todo objeto temporal. El Espíritu de Dios descansaba sobre ellos, y daba fuerza a los llamamientos ardientes que dirigían tanto a sus hermanos como a los pecadores a fin de que se preparasen para el día de Dios. El testimonio mudo de su conducta diaria equivalía a una censura constante para los miembros formalistas y no santificados de las iglesias. Estos no querían que se les molestara en su búsqueda de placeres, ni en su culto a Mamón ni en su ambición de honores mundanos. De ahí la enemistad y oposición despertadas contra la fe adventista y los que la proclamaban.” C.S. 388/2; 389/0
“Los miembros más humildes y piadosos de las iglesias eran generalmente los primeros en aceptar el mensaje. Los que estudiaban la Biblia por sí mismos no podían menos que echar de ver que el carácter de las opiniones corrientes respecto de la profecía era contrario a las Sagradas Escrituras; y dondequiera que el pueblo no estuviese sujeto a la influencia del clero y escudriñara la Palabra de Dios por sí mismo, la doctrina del advenimiento no necesitaba más que ser cotejada con las Escrituras para que se reconociese su autoridad divina.” C.S. 422/1
“Como su obra tendía a la edificación de las iglesias, se la miró durante algún tiempo con simpatía. Pero cuando los ministros y los directores de aquéllas se declararon contra la doctrina del advenimiento y quisieron sofocar el nuevo movimiento, no sólo se opusieron a ella desde el púlpito, sino que además negaron a sus miembros el derecho de asistir a predicaciones sobre ella y hasta de hablar de sus esperanzas en las reuniones de edificación mutua en la iglesia. Así se vieron reducidos los creyentes a una situación crítica que les causaba perplejidad. Querían a sus iglesias y les repugnaba separarse de ellas; pero al ver que se anulaba el testimonio de la Palabra de Dios, y que se les negaba el derecho que tenían para investigar las profecías, sintieron que la lealtad hacia Dios les impedía someterse. No podían considerar como constituyendo la iglesia de Cristo a los que trataban de rechazar el testimonio de la Palabra de Dios, “columna y apoyo de la verdad.” De ahí que se sintiesen justificados para separarse de la que hasta entonces fuera su comunión religiosa. En el verano de 1844 cerca de cincuenta mil personas se separaron de las iglesias.” C.S. 425/3; 426/0
“Quienes no se avinieron a privar a los demás de la luz que Dios les había dado fueron expulsados de las iglesias; pero Jesús estaba con ellos y se regocijaban a la luz de su faz. Estaban dispuestos a recibir el mensaje del segundo ángel.” P.E. 237/0up
- EL SEGUNDO MENSAJE ANGÉLICO: (1843-1844)
Apocalipsis 14:8 “Un segundo ángel lo siguió, diciendo: “¡Ha caído, ha caído la gran Babilonia!, porque ha dado a beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación”.”
“En el capítulo 14 de Apocalipsis, el primer ángel es seguido de otro que dice: “¡Caída, caída es la gran Babilonia, la cual ha hecho que todas las naciones beban del vino de la ira de su fornicación!” (Apocalipsis 14: 8, V.M.) La palabra “Babilonia” deriva de “Babel” y significa confusión. Se emplea en las Santas Escrituras para designar las varias formas de religiones falsas y apostatas. En el capítulo 17 del Apocalipsis, Babilonia está simbolizada por una mujer, – figura que se emplea en la Biblia para representar una iglesia, siendo una mujer virtuosa símbolo de una iglesia pura, y una mujer vil, de una iglesia apóstata.” C.S. 431/2
¿Como resultado de que, vino el segundo mensaje angélico?:
“Al negarse las iglesias a aceptar el mensaje del primer ángel rechazaron la luz del cielo y perdieron el favor de Dios. Confiaban en su propia fuerza, y al oponerse al primer mensaje se colocaron donde no podían ver la luz del mensaje del segundo ángel. Pero los amados del Señor, que estaban oprimidos, aceptaron el mensaje: “Ha caído Babilonia,” y salieron de las iglesias.” P.E. 237/1
Su proclamación más amplia:
“El mensaje del segundo ángel de Apocalipsis 14 fue proclamado por primera vez en el verano de 1844, y se aplicaba entonces más particularmente a las iglesias de los Estados Unidos de Norteamérica, donde la amonestación del juicio había sido también más ampliamente proclamada y más generalmente rechazada, y donde el decaimiento de las iglesias había sido más rápido. Pero el mensaje del segundo ángel no alcanzó su cumplimiento total en 1844. Las iglesias decayeron entonces moralmente por haber rechazado la luz del mensaje del advenimiento; pero este decaimiento no fue completo. A medida que continuaron rechazando las verdades especiales para nuestro tiempo, fueron decayendo más y más. Sin embargo aún no se puede decir: “¡Caída, caída es la gran Babilonia, la cual ha hecho que todas las naciones beban del vino de la ira de su fornicación!” Aún no ha dado de beber a todas las naciones. El espíritu de conformidad con el mundo y de indiferencia hacia las verdades que deben servir de prueba en nuestro tiempo, existe y ha estado ganando terreno en las iglesias protestantes de todos los países de la cristiandad; y estas iglesias están incluidas en la solemne y terrible amonestación del segundo ángel. Pero la apostasía aún no ha culminado.” C.S. 440/1
“En todas partes del país fue proyectada luz sobre el mensaje del segundo ángel y el anuncio enterneció el corazón de millares de personas. Propagóse de villa en villa y de ciudad en ciudad, hasta despertar por completo al expectante pueblo de Dios. En muchas iglesias no fue permitido dar el mensaje, y gran número de fieles que tenían el viviente testimonio abandonaron aquellas caídas iglesias. El pregón de media noche efectuaba una potente obra. El mensaje escudriñaba los corazones, e inducía a los creyentes a buscar por sí mismos una vívida experiencia. Comprendían que no podían apoyarse unos en otros.” P.E. 238/2
Babilonia = Confusión:
“Se dice que Babilonia es “madre de las rameras.” Sus hijas deben simbolizar las iglesias que se atienen a sus doctrinas y tradiciones, y siguen su ejemplo sacrificando la verdad y la aprobación de Dios, para formar alianza ilícita con el mundo. El mensaje de Apocalipsis 14, que anuncia la caída de Babilonia, debe aplicarse a comunidades religiosas que un tiempo fueron puras y luego se han corrompido. En vista de que este mensaje sigue al aviso del juicio, debe ser proclamado en los últimos días, y no puede por consiguiente referirse sólo a la iglesia romana, pues dicha iglesia está en condición caída desde hace muchos siglos. Además, en el capítulo 18 del Apocalipsis se exhorta al pueblo de Dios a que salga de Babilonia. Según este pasaje de la Escritura, muchos del pueblo de Dios deben estar aún en Babilonia. ¿Y en qué comunidades religiosas se encuentra actualmente la mayoría de los discípulos de Cristo? Sin duda alguna, en las varias iglesias que profesan la fe protestante. Al nacer, esas iglesias se decidieron noblemente por Dios y la verdad, y la bendición divina las acompañó. Aun el mundo incrédulo se vio obligado a reconocer los felices resultados de la aceptación de los principios del Evangelio. Se les aplican las palabras del profeta a Israel: “Salió tu renombre entre las naciones, en atención a tu hermosura, la cual era perfecta, a causa de mis adornos, que yo había puesto sobre ti, dice Jehová el Señor.” Pero esas iglesias cayeron víctimas del mismo deseo que causó la maldición y la ruina de Israel: el deseo de imitar las prácticas de los impíos y de buscar su amistad. “Pusiste tu confianza en tu hermosura, y te prostituíste a causa de tu renombre.” (Ezequiel 16: 14, 15, V.M.)
Muchas de las iglesias protestantes están siguiendo el ejemplo de Roma, y se unen inicuamente con “los reyes de la tierra.” Así obran las iglesias del estado en sus relaciones con los gobiernos seculares, y otras denominaciones en su afán de captarse el favor del mundo. Y la expresión “Babilonia” -confusión- puede aplicarse acertadamente a esas congregaciones que, aunque declaran todas que sus doctrinas derivan de la Biblia, están sin embargo divididas en un sinnúmero de sectas, con credos y teorías muy opuestos.” C.S. 433/1; 434/0-1
“El gran pecado de que se acusa a Babilonia es que ha hecho que “todas las naciones beban del vino de la ira de su fornicación.” Esta copa embriagadora que ofrece al mundo representa las falsas doctrinas que ha aceptado como resultado de su unión ilícita con los magnates de la tierra. La amistad con el mundo corrompe su fe, y a su vez Babilonia ejerce influencia corruptora sobre el mundo enseñando doctrinas que están en pugna con las declaraciones más claras de la Sagrada Escritura.” C.S 439/1
Falsas Doctrinas presentadas por estas Iglesias apóstatas:
“Innumerables son las doctrinas erróneas y las ideas fantásticas que imperan en el seno de las iglesias de la cristiandad. Es imposible calcular los resultados deplorables que acarrea la eliminación de una sola verdad de la Palabra de Dios.
Pocos son los que, habiéndose aventurado a hacer cosa semejante, se contentan con rechazar lisa y llanamente una sencilla verdad. Los más siguen rechazando uno tras otro los principios de la verdad, hasta que se convierten en verdaderos incrédulos.
Los errores de la teología hoy de moda han lanzado al escepticismo muchas almas que de otro modo habrían creído en las Escrituras. Es imposible para ellas aceptar doctrinas que hieren sus sentimientos de justicia misericordia y benevolencia; y como tales doctrinas les son presentadas como enseñadas por la Biblia, rehúsan recibirla como Palabra de Dios.” C.S. 580/1-2
- La creencia de que el Domingo es el verdadero día de reposo:
“De Roma también recibieron el falso día de reposo. C.S. 592/0 pp
“Los alardes de “liberalidad” ciegan a los hombres para que no vean las asechanzas de su adversario, mientras que éste sigue trabajando sin cesar y sin cansarse hasta cumplir sus designios. Conforme va consiguiendo suplantar la Biblia por las especulaciones humanas, la ley de Dios va quedando a un lado, y las iglesias caen en la esclavitud del pecado, mientras pretenden ser libres.” C.S. 576/1
- La inmortalidad del alma:
“La inmortalidad prometida al hombre a condición de que obedeciera, se había perdido por la transgresión. Adán no podía transmitir a su posteridad lo que ya no poseía; y no habría quedado esperanza para la raza caída, si Dios, por el sacrificio de su Hijo, no hubiese puesto- la inmortalidad a su alcance. Como “la muerte así pasó a todos los hombres, pues que todos pecaron,”Cristo “sacó a la luz la vida y la inmortalidad por el evangelio.” (Romanos 5: 12; 2 Timoteo 1: 10.) Y sólo por Cristo puede obtenerse la inmortalidad……..El único que prometió a Adán la vida en la desobediencia fue el gran seductor. Y la declaración de la serpiente a Eva en Edén.- “De seguro que no moriréis”- fue el primer sermón que haya sido jamás predicado sobre la inmortalidad del alma. Y sin embargo esta misma declaración, fundada únicamente en la autoridad de Satanás, repercute desde los púlpitos de la cristiandad, y es recibida por la mayoría de los hombres con tanta prontitud como lo fue por nuestros primeros padres. A la divina sentencia: El alma que pecare, ésa morirá (Ezequiel 18:20), se le da el sentido siguiente: El alma que pecare, ésa no morirá, sino que vivirá eternamente. No puede uno menos que extrañar la rara infatuación con que los hombres creen sin mas ni más las palabras de Satanás y se muestran tan incrédulos a las palabras de Dios……Pero después de la caída, Satanás ordenó a sus ángeles que hicieran un esfuerzo especial para inculcar la creencia de la inmortalidad natural del hombre; y después de haber inducido a la gente a aceptar este error, debían llevarla a la conclusión de que el pecador viviría en penas eternas. Ahora el príncipe de las tinieblas, obrando por conducto de sus agentes, representa a Dios como un tirano vengativo, y declara que arroja al infierno a todos aquellos que no le agradan, que les hace sentir eternamente los efectos de su ira, y que mientras ellos sufren tormentos indecibles y se retuercen en las llamas eternas, su Creador los mira satisfecho.” C.S. 588/1pp-2pp; 589/1
- La creencia del tormento Eterno:
“¡Cuán repugnante a todo sentimiento de amor y de misericordia y hasta a nuestro sentido de justicia es la doctrina según la cual después de muertos los impíos son atormentados con fuego y azufre en un infierno que arde eternamente, y por los pecados de una corta vida terrenal deben sufrir tormentos por tanto tiempo como Dios viva! Sin embargo, esta doctrina ha sido enseñada muy generalmente y se encuentra aún incorporada en muchos de los credos de la cristiandad. Un sabio teólogo sostuvo: “El espectáculo de los tormentos del infierno aumentará para siempre la dicha de los santos. Cuando vean a otros seres de la misma naturaleza que ellos y que nacieron en las mismas circunstancias, cuando los vean sumidos en semejante desdicha, mientras que ellos estén en tan diferente situación, sentirán en mayor grado el goce de su felicidad.” Otro dijo lo siguiente: “Mientras que la sentencia de reprobación se esté llevando a efecto por toda la eternidad sobre los desgraciados que sean objeto de la ira, el humo de sus tormentos subirá eternamente también a la vista de los que sean objeto de misericordia, y que, en lugar de compadecerse de aquéllos, exclamarán: ¡Amén! ¡Aleluya! ¡Alabad al Señor!”.. ¿En qué página de la Palabra de Dios se puede encontrar semejante enseñanza? ¿Los rescatados no sentirán acaso en el cielo ninguna compasión y ni siquiera un leve asomo de humanidad? ¿Habrán quedado esos sentimientos por ventura substituídos por la indiferencia del estoico o la crueldad del salvaje? -No, mil veces no. No es ésa la enseñanza del Libro de Dios. Los que presentan opiniones como las expresadas en las citas anteriores pueden ser sabios y aun hombres honrados; pero han sido engañados por los sofismas de Satanás. El es quien los induce a desnaturalizar las enérgicas expresiones de las Sagradas Escrituras, dando al lenguaje bíblico un tinte de amargura y malignidad que es propio de él, Satanás, pero no de nuestro Creador. “¡Vivo yo! dice Jehová el Señor, que no me complazco en la muerte del inicuo, sino antes en que vuelva el inicuo de su camino y viva. Volveos, volveos de vuestros caminos malos, pues ¿por qué moriréis? ” ( Ezequiel 33:11), ¿Qué ganaría Dios con que creyéramos que él se goza en contemplar los tormentos eternos, que se deleita en oír los gemidos, los gritos de dolor y las imprecaciones de las criaturas a quienes mantiene sufriendo en las llamas del infierno? ¿Pueden acaso esas horrendas disonancias ser música para los oídos de Aquel que es amor infinito? Se alega que esas penas sin fin que sufren los malos demuestran el odio de Dios hacia el pecado, ese mal tan funesto a la paz y al orden del universo. ¡Oh, qué horrible blasfemia! ¡Como si el odio que Dios tiene al pecado fuese motivo para eternizar el pecado! Pues según las enseñanzas de esos mismos teólogos, los tormentos continuos y sin esperanza de misericordia enfurecen sus miserables víctimas, que al manifestar su ira con juramentos y blasfemias, aumentan continuamente el peso de su culpabilidad. La gloria de Dios no obtiene realce con que se perpetúe el pecado al través de los siglos sin fin.
Es incalculable para el espíritu humano el daño que ha producido la herejía de los tormentos eternos. La religión de la Biblia, llena de amor y de bondad, y que abunda en compasión, resulta empañada por la superstición y revestida de terror. Cuando consideramos con cuán falsos colores Satanás pintó el carácter de Dios, ¿podemos admirarnos de que se tema, y hasta se aborrezca a nuestro Creador misericordioso? Las ideas espantosas que respecto de Dios han sido propagadas por el mundo desde el púlpito, han hecho miles y hasta millones de escépticos e incrédulos. La teoría de las penas eternas es una de las falsas doctrinas que constituyen el vino de las abominaciones de Babilonia, del cual ella da de beber a todas las naciones. (Apocalipsis 14:8; 17:2.)” C.S. 590/1-4pp
- La creencia de que los muertos se encuentran en un estado consiente:
“La doctrina de la inmortalidad natural, tomada en un principio de la filosofía pagana e incorporada a la fe cristiana en los tiempos tenebrosos de la gran apostasía, ha suplantado la verdad tan claramente enseñada por la Santa Escritura, de que “los muertos nada saben.” Multitudes han llegado a creer que los espíritus de los muertos son los “espíritus ministradores, enviados para hacer servicio a favor de los que han de heredar la salvación.” Y esto a pesar del testimonio de las Santas Escrituras respecto a la existencia de los ángeles celestiales y a la relación que ellos tienen con la historia humana desde antes que hubiese muerto hombre alguno.
La doctrina de que el hombre queda consciente en la muerte, y más aún la creencia de que los espíritus de los muertos vuelven para servir a los vivos, preparó el camino para el espiritismo moderno. Si los muertos son admitidos a la presencia de Dios y de los santos ángeles y si son favorecidos con conocimientos que superan en mucho a los que poseían anteriormente, ¿por qué no habrían de volver a la tierra para iluminar e ilustrar a los vivos? Si, como lo enseñan los teólogos populares, los espíritus de los muertos se ciernen en torno de sus amigos en la tierra, ¿por qué no les sería permitido comunicarse con ellos para prevenirlos del mal o para consolarlos en sus penas? ¿Cómo podrán los que creen en el estado consciente de los muertos rechazar lo que les viene cual luz divina comunicada por espíritus glorificados? Representan un medio de comunicación considerado sagrado, del que Satanás se vale para cumplir sus propósitos. Los ángeles caídos que ejecutan sus órdenes se presentan como mensajeros del mundo de los espíritus. Al mismo tiempo que el príncipe del mal asevera poner a los vivos en comunicación con los muertos, ejerce también su influencia fascinadora sobre las mentes de aquéllos.
Satanás puede evocar ante los hombres la apariencia de sus amigos fallecidos. La imitación es perfecta; los rasgos familiares, las palabras y el tono son reproducidos con una exactitud maravillosa. Muchas personas se consuelan con la seguridad de que sus seres queridos están gozando de las delicias del cielo; y sin sospechar ningún peligro, dan oídos a “espíritus seductores, y a enseñanzas de demonios.”” C.S 607/1sp, 2; 608/0-1
5. La creencia de que las personas después de morir van inmediatamente al cielo:
“Después que Satanás ha hecho creer a esas personas que los muertos vuelven en realidad a comunicarse con ellas, hace aparecer a seres humanos que murieron sin preparación. Estos aseguran que son felices en el cielo y hasta que ocupan allí elevados puestos, por lo que se difunde el error de que no se hace diferencia entre los justos y los injustos. Esos supuestos visitantes del mundo de los espíritus dan a veces avisos y advertencias que resultan exactos. Luego que se han ganado la confianza, presentan doctrinas que de hecho destruyen la fe en las Santas Escrituras. Aparentando profundo interés por el bienestar de sus amigos en la tierra, insinúan los errores más peligrosos. El hecho de que dicen algunas verdades y pueden a veces anunciar acontecimientos da a sus testimonios una apariencia de verosimilitud; y sus falsas enseñanzas son aceptadas por las multitudes con tanta diligencia y creídas tan a ciegas, como si se tratara de las verdades más sagradas de la Biblia.” C.S. 608/2
6. La creencia de que la Biblia no es de origen divino:
“Esos espíritus mentirosos representan a los apóstoles como contradiciendo lo que escribieron bajo la inspiración del Espíritu Santo durante su permanencia en la tierra. Niegan el origen divino de la Biblia, anulan así el fundamento de la esperanza cristiana y apagan la luz que revela el camino hacia el cielo. Satanás hace creer al mundo que la Biblia no es más que una ficción, o cuando mucho un libro apropiado para la infancia de la raza, del que se debe hacer poco caso ahora, o ponerlo a un lado por anticuado. Y para reemplazar la Palabra de Dios ese mismo Satanás ofrece sus manifestaciones espiritistas. Estas están enteramente bajo su dirección y mediante ellas puede hacer creer al mundo lo que quiere. Pone en la obscuridad, precisamente donde le conviene que esté, el Libro que le debe juzgar a él y a sus siervos y hace aparecer al Salvador del mundo como un simple hombre. Así como la guardia romana que vigilaba la tumba de Jesús difundió la mentira que los sacerdotes y los ancianos insinuaron para negar su resurrección, así también los que creen en las manifestaciones espiritistas tratan de hacer creer que no hay nada milagroso en las circunstancias que rodearon la vida de Jesús. Después de procurar así que la gente no vea a Jesús, le llaman la atención hacia sus propios milagros y los declaran muy superiores a las obras de Cristo.” C.S. 613/3; 614/0
“Las interpretaciones vagas y fantásticas de las Santas Escrituras, así como las muchas teorías contradictorias respecto a la fe religiosa, que se advierten en el mundo cristiano, son obra de nuestro gran adversario, que trata así de confundir las mentes de suerte que no puedan descubrir la verdad. Y la discordia y división que existen entre las iglesias de la cristiandad se deben en gran parte a la costumbre tan general de torcer el sentido de verdad las Sagradas Escrituras con el fin de apoyar alguna doctrina favorita. En lugar de estudiar con esmero y con humildad de corazón la Palabra de Dios con el objeto de llegar al conocimiento de su voluntad, muchos procuran descubrir algo curioso y original.” C.S. 574/3; 575/0
7. La creencia de la evolución:
“Para muchos, las investigaciones científicas se han vuelto maldición. Al permitir todo género de descubrimientos en las ciencias y en las artes, Dios ha derramado sobre el mundo raudales de luz; pero aun los espíritus más poderosos, si no son guiados en sus investigaciones por la Palabra de Dios, se extravían en sus esfuerzos por encontrar las relaciones existentes entre la ciencia y la revelación.
Los conocimientos humanos, tanto en lo que se refiere a las cosas materiales como a las espirituales, son limitados e imperfectos; de aquí que muchos sean incapaces de hacer armonizar sus nociones científicas con las declaraciones de las Sagradas Escrituras. Son muchos los que dan por hechos científicos lo que no pasa de ser meras teorías y elucubraciones, y piensan que la Palabra de Dios debe ser probada por las enseñanzas de “la falsamente llamada ciencia.” (1 Timoteo 6: 20.) El Creador y sus obras les resultan incomprensibles; y como no pueden explicarlos por las leyes naturales, consideran la historia bíblica como sí no mereciese fe. Los que dudan de la verdad de las narraciones del Antiguo Testamento y del Nuevo, dan a menudo un paso más y dudan de la existencia de Dios y atribuye poder infinito a la naturaleza. Habiendo perdido su ancla son arrastrados hacia las rocas de la incredulidad.
Es así como muchos se alejan de la fe y son seducidos por el diablo. Los hombres procuraron hacerse más sabios que su Creador; la filosofía intentó sondear y explicar misterios que no serán jamás revelados en el curso infinito de las edades. Si los hombres se limitasen a escudriñar y comprender tan sólo que Dios les ha revelado respecto de si mismo y de sus propósitos, llegarían a tal concepto de la gloria, majestad y poder de Jehová, que se darían cuenta de su propia pequeñez y contentarían con lo que fue revelado para ellos y sus hijos.” C.S. 576/2-3; 577/0,1
“Aquí se expone con claridad el origen de la raza humana; y el relato divino está tan claramente narrado que no da lugar a conclusiones erróneas. Dios creó al hombre conforme a su propia imagen. No hay en esto misterio. No existe fundamento alguno para la suposición de que el hombre llegó a existir mediante un lento proceso evolutivo de las formas bajas de la vida animal o vegetal. Tales enseñanzas rebajan la obra sublime del Creador al nivel de las mezquinas y terrenales concepciones humanas. Los hombres están tan resueltos a excluir a Dios de la soberanía del universo que rebajan al hombre y le privan de la dignidad de su origen.” P.E. 25/1pp
8. Los falsos milagros:
“Entre las trampas más temibles del gran seductor figuran las enseñanzas engañosas y los fementidos milagros del espiritismo. Disfrazado como ángel de luz, el enemigo tiende sus redes donde menos se espera. Si tan sólo los hombres quisieran estudiar el Libro de Dios orando fervientemente por comprenderlo, no serían dejados en las tinieblas para recibir doctrinas falsas. Pero como rechazan la verdad, resultan presa fácil para la seducción.” C.S. 578/1
9. Niegan la divinidad de Cristo:
“Otro error peligroso es el de la doctrina que niega la divinidad de Cristo, y asevera que él no existió antes de su venida a este mundo. Esta teoría encuentra aceptación entre muchos que profesan creer en la Biblia; y sin embargo contradice las declaraciones más positivas de nuestro Salvador respecto a sus relaciones con el Padre, a su divino carácter y a su preexistencia. Esta teoría no puede ser sostenida sino violentando el sentido de las Sagradas Escrituras del modo más incalificable. No sólo rebaja nuestro concepto de la obra de redención, sino que también socava la fe en la Biblia como revelación de Dios. Al par que esto hace tanto más peligrosa dicha teoría la hace también más difícil de combatir. Si los hombres rechazan el testimonio que dan las Escrituras inspiradas acerca de la divinidad de Cristo, inútil es querer argumentar con ellos al respecto, pues ningún argumento, por convincente que fuese, podría hacer mella en ellos, “El hombre natural no recibe las cosas del Espíritu de Dios; porque le son insensatez; ni las puede conocer, por cuánto se disciernen espiritualmente.” (1 Corintios 2: 14, V.M.) Ninguna persona que haya aceptado este error, puede tener justo concepto del carácter o de, la misión de Cristo, ni del gran plan de Dios para la redención del hombre.” C.S. 578/2; 579/0
10. La falsa interpretación sobre Satanás:
“Otro error sutil y perjudicial que se está difundiendo rápidamente, consiste en creer que Satanás no es un ser personal; que su nombre se emplea en las Sagradas Escrituras únicamente para representar los malos pensamientos y deseos de los hombres.” C.S. 579/1
11. La falsa interpretación sobre la segunda venida de Cristo:
“La enseñanza tan generalmente proclamada desde los púlpitos, de que el segundo advenimiento de Cristo se realiza a la muerte de cada individuo, es una estratagema que tiene por objeto distraer la atención de los hombres de la venida personal del Señor en las nubes del cielo. Hace años que Satanás ha estado diciendo: “He aquí . . . está . . . en las cámaras” (S. Mateo 24: 23-26), y muchas almas se han perdido por haber aceptado este engaño.” C.S. 579/2
12. La creencia de que no hay necesidad de orar:
“Por otra parte la sabiduría mundana enseña que la oración no es de todo punto necesaria. Los hombres de ciencia declaran que no puede haber respuesta real a las oraciones; que esto equivaldría a una violación de las leyes naturales, a todo un milagro, y que los milagros no existen. Dicen que el universo está gobernado por leyes inmutables y que Dios mismo no hace nada contrario a esas leyes. De suerte que representan a Dios ligado por sus propias leyes; como si la operación de las leyes divinas excluyese la libertad divina. Tal enseñanza se opone al testimonio de las Sagradas Escrituras. ¿Acaso Cristo y sus apóstoles no hicieron milagros? El mismo Salvador compasivo vive en nuestros días, y está tan dispuesto a escuchar la oración de la fe como, o cuando andaba en forma visible entre los hombres. Lo natural coopera con lo sobrenatural. Forma parte del plan de Dios concedernos, en respuesta a la oración hecha con fe, lo que no nos daría si no se lo pidiésemos así.” C.S. 579/3; 580/0
“Bien sabe Satanás que todos aquellos a quienes pueda inducir a descuidar la oración y el estudio de las Sagradas Escrituras serán vencidos por sus ataques. De aquí que invente cuanta estratagema le es posible para tener las mentes distraídas. Siempre ha habido una categoría de personas que profesan santidad, y que en lugar de procurar crecer en el conocimiento de la verdad, hacen consistir su religión en buscar alguna falta en el carácter de aquellos con quienes no están de acuerdo, o algún error en su credo. Son los mejores agentes de Satanás. Los acusadores de los hermanos no son pocos; siempre son diligentes cuando Dios está obrando y cuando sus hijos le rinden verdadero homenaje. Son ellos los que dan falsa interpretación a las palabras y acciones de los que aman la verdad y la obedecen. Hacen pasar a los más serios, celosos y desinteresados siervos de Cristo por engañados o engañadores. Su obra consiste en desnaturalizar los móviles de toda acción buena y noble, en hacer circular insinuaciones malévolas y despertar sospechas en las mentes poco experimentadas. Harán cuanto sea imaginable porque aparezca lo que es puro y recto como corrupto y de mala fe.” C.S. 573/2
13. La creencia de que nada importa lo que creamos:
“La teoría según la cual nada importa lo que los hombres creen, es uno de los engaños que más éxito da a Satanás. Bien sabe él que la verdad recibida con amor santifica el alma del que la recibe; de aquí que trate siempre de substituirla con falsas teorías, con fábulas y con otro evangelio. Desde un principio los siervos de Dios han luchado contra los falsos maestros, no sólo porque eran hombres viciosos, sino porque inculcaban errores fatales para el alma. Elías, Jeremías y Pablo se opusieron firme y valientemente a los que estaban apartando a los hombres de la Palabra de Dios. Ese género de liberalidad que mira como cosa de poca monta una fe religiosa clara y correcta, no encontró aceptación, entre aquellos santos defensores de la verdad.” C.S. 574/2
- EL TERCER MENSAJE ANGÉLICO: 1844-HASTA EL FIN:
Apocalipsis 14:9-12 “Y el tercer ángel los siguió diciendo a gran voz: “Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe su marca en su frente o en su mano, “éste también beberá del vino de la ira de Dios, vaciado puro en la copa de su ira. Y será atormentado con fuego y azufre ante los santos ángeles y ante el Cordero. “Y el humo de su tormento sube para siempre jamás. Y los que adoran a la bestia y a su imagen, y los que reciben la marca de su nombre, no tienen reposo ni de día ni de noche. “¡Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los Mandamientos de Dios y la fe de Jesús!””
“El mensaje del tercer ángel se ha enviado al mundo para advertir a los hombres contra la recepción de la marca de la bestia o de su imagen en sus frentes o en sus manos. Recibir esta marca significa adoptar la misma decisión de la bestia y apoyar sus mismas ideas, en oposición directa a la palabra de Dios.” C.B.ADV. 7.A. Helena de White Tomo 7 pag. 990
“El mensaje del tercer ángel debe hacer su obra de separar de las iglesias a un pueblo que sostendrá los principios de la verdad eterna” EV. 171/0sp
Que vio la sierva del Señor:
“Jesús no vino a la tierra, como lo esperaba la compañía que le aguardaba gozosa, para purificar el santuario, limpiando la tierra por fuego. Vi que era correcto su cálculo de los períodos proféticos; el tiempo profético había terminado en 1844, y Jesús entró en el lugar santísimo para purificar el santuario al fin de los días. La equivocación de ellos consistió en no comprender lo que era el santuario ni la naturaleza de su purificación. Cuando miré de nuevo a la compañía que aguardaba chasqueada, parecía triste. Examinó cuidadosamente las evidencias de su fe, siguió hasta su conclusión el cálculo de los períodos proféticos, pero no pudo descubrir error alguno. El tiempo se había cumplido, pero ¿dónde estaba su Salvador? Ellos le habían perdido.
Me fue mostrado el chasco que sufrieron los discípulos cuando fueron al sepulcro y no encontraron el cuerpo de Jesús. María dijo: “Se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.” Los ángeles dijeron a los discípulos entristecidos que su Señor había resucitado, e iba delante de ellos a Galilea.
En forma parecida, vi que Jesús consideraba con la más profunda compasión a los que se habían chasqueado después de haber aguardado su venida; y envió a sus ángeles para que dirigiesen sus pensamientos de modo que pudiesen seguirle adonde estaba. Les mostró que esta tierra no es el santuario, sino que él debía entrar en el lugar santísimo del santuario celestial para hacer expiación por su pueblo y para recibir el reino de parte de su Padre, y que después volvería a la tierra y los llevaría a morar con él para siempre. El chasco de los primeros discípulos representa bien el de aquellos que esperaban a su Señor en 1844.” P.E 243/1-3; 244/0
Los sinceros comprendieron la luz:
“Así que los que andaban en la luz de la palabra profética vieron que en lugar de venir a la tierra al fin de los 2.300 días, en 1844, Cristo entró entonces en el lugar santísimo del santuario celestial para cumplir la obra final de la expiación preparatoria para su venida.” C.S. 474/2; 475/0
“Cuando pasó la fecha fijada para 1844, hubo un tiempo de gran prueba para los que conservaban aún la fe adventista. Su único alivio en lo concerniente a determinar su verdadera situación, fue la luz que dirigió su espíritu hacia el santuario celestial. Algunos dejaron de creer en la manera en que habían calculado antes los períodos proféticos, y atribuyeron a factores humanos o satánicos la poderosa influencia del Espíritu Santo que había acompañado al movimiento adventista. Otros creyeron firmemente que el Señor los había conducido en su vida pasada; y mientras esperaban, velaban y oraban para conocer la voluntad de Dios, llegaron a comprender que su gran Sumo Sacerdote había empezado a desempeñar otro ministerio y, siguiéndole con fe, fueron inducidos a ver además la obra final de la iglesia. Obtuvieron un conocimiento más claro de los mensajes de los primeros ángeles, y quedaron preparados para recibir y dar al mundo la solemne amonestación del tercer ángel de Apocalipsis 14.” C.S. 485/1
¿Que verdades trae el tercer mensaje angélico?:
Trae la verdad del santuario:
“Se me mostró el amargo chasco que sufrió el pueblo de Dios por no ver a Jesús en la fecha en que lo esperaba. No sabían por qué el Salvador no había venido, pues no veían prueba alguna de que no hubiese terminado el tiempo profético. Dijo el ángel: “¿Ha fallado la palabra de Dios? ¿Ha faltado Dios en cumplir sus promesas? No; ha cumplido cuanto prometió. Jesús se ha levantado a cerrar la puerta del lugar santo del santuario celestial, y ha abierto una puerta en el lugar santísimo y ha entrado a purificar el santuario. Todos los que esperan pacientemente comprenderán el misterio. El hombre se ha equivocado; pero no ha habido fracaso por parte de Dios. Todo cuanto Dios prometió se ha cumplido; pero el hombre creía equivocadamente que la tierra era el santuario que debía ser purificado al fin de los períodos proféticos. Lo que ha fracasado fue la expectación del hombre, no la promesa de Dios.”
Jesús envió sus ángeles a dirigir la atención de los desalentados hacia el lugar santísimo adonde él había ido para purificar el santuario y hacer expiación especial por Israel. Jesús dijo a los ángeles que todos cuantos lo hallaran comprenderían la obra que iba a efectuar. Vi que mientras Jesús estuviera en el santuario se desposaría con la nueva Jerusalén, y una vez cumplida su obra en el lugar santísimo descendería a la tierra con regio poder para llevarse consigo las preciosas almas que hubiesen aguardado pacientemente su regreso.” P.E. 250/1-2
“Cuando cesó el ministerio de Jesús en el lugar santo y pasó él al santísimo para estar de pie delante del arca que contenía la ley de Dios, envió otro poderoso ángel con un tercer mensaje para el mundo. Un pergamino fue puesto en la mano del ángel, y mientras descendía a la tierra con poder y majestad, proclamaba una terrible amonestación, acompañada de las más tremendas amenazas que jamás se dirigieron contra el hombre. Tenía por objeto aquel mensaje poner en guardia a los hijos de Dios revelándoles la hora de tentación y angustia que los aguardaba. Dijo el ángel: “Tendrán que combatir tesoneramente contra la bestia y su imagen. Su única esperanza de vida eterna consiste en permanecer firmes. Aunque se vean en peligro de muerte, deben sostener firmemente la verdad.” El tercer ángel concluye así su mensaje: “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.” Al repetir el ángel estas palabras, señalaba al santuario celestial. La atención de cuantos aceptan este mensaje se dirige hacia el lugar santísimo, donde Jesús está de pie delante del arca, realizando su intercesión final por todos aquellos para quienes hay todavía misericordia, y por los que hayan violado ignorantemente la ley de Dios. Esta expiación es hecha tanto para los justos muertos como para los justos vivos. Incluye a todos los que murieron confiando en Cristo, aunque, por no haber recibido luz acerca de los mandamientos de Dios, hubiesen pecado ignorantemente al transgredir sus preceptos.” P.E. 254/1
Trae la luz del sábado:
“Después que Jesús abrió la puerta del lugar santísimo, vióse la luz del sábado, y el pueblo de Dios fue probado, como antiguamente lo fueron los hijos de Israel, para ver si quería guardar la ley de Dios. Vi que el tercer ángel señalaba hacia lo alto, indicando a los que habían sido chasqueados el camino al lugar santísimo del santuario celestial. Los que por fe entraban al lugar santísimo, hallaban a Jesús, y resurgían en ellos la esperanza y el júbilo. Vi que volvían los ojos hacia atrás, recapitulando el pasado, desde la proclamación del segundo advenimiento de Jesús hasta la experiencia sufrida al transcurrir la fecha de 1844. Vieron la explicación de su chasco, y de nuevo los alentó una gozosa certidumbre. El tercer ángel había esclarecido el pasado, el presente y el porvenir, y ellos sabían que en efecto Dios los había guiado con su misteriosa providencia.” P.E 254/2; 255/0
Trae el mensaje de la justificación por la fe:
“Algunos me han escrito preguntándome si el mensaje de la justificación por la fe sería el tercer mensaje angélico y yo les respondí: Es en realidad el tercer mensaje angélico.” R.H. 1-04-1890
Trae el mensaje del sellamiento:
Apocalipsis 7:1-4 “Después de esto vi a cuatro ángeles de pie en los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. Entonces vi a otro ángel que subía del este, y tenía el sello del Dios vivo. Clamó a gran voz a los cuatro ángeles, que habían recibido poder de dañar la tierra y el mar, y les dijo: “No dañéis la tierra, ni el mar, ni los árboles, hasta que sellemos en sus frentes a los siervos de nuestro Dios”. Y oí el número de los sellados: 144.000 sellados de todas las tribus de Israel.”
“Cuando termine el mensaje del tercer ángel la misericordia divina no intercederá más por los habitantes culpables de la tierra. El pueblo de Dios habrá cumplido su obra; habrá recibido “la lluvia tardía,” el “refrigerio de la presencia del Señor,” y estará preparado para la hora de prueba que le espera. Los ángeles se apuran, van y vienen de acá para allá en el cielo. Un ángel que regresa de la tierra anuncia que su obra está terminada; el mundo ha sido sometido a la prueba final, y todos los que han resultado fieles a los preceptos divinos han recibido “el sello del Dios vivo.” Entonces Jesús dejará de interceder en el santuario celestial. Levantará sus manos y con gran voz dirá “Hecho es,” y todas las huestes de los ángeles depositarán sus coronas mientras él anuncia en tono solemne: “¡El que es injusto, sea injusto aún; y el que es sucio, sea sucio aún; y el que es justo, sea justo aún; y el que es santo, sea aún santo!” (Apocalipsis 22: 11, V.M.) Cada caso ha sido fallado para vida o para muerte. Cristo ha hecho propiciación por su pueblo y borrado sus pecados. El número de sus súbditos está completo; “el reino, y el señorío y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo” van a ser dados a los herederos de la salvación y Jesús va a reinar como Rey de reyes y Señor de señores.” C.S. 671/1
Otro párrafo: Joyas Tomo II pag. 65-68
Trae el mensaje de la reforma prosalud:
“Salgan pues como misioneros para hacer circular la verdad presente, orando constantemente por un aumento de la luz y el conocimiento, para que sepan cómo hablar palabras en sazón al cansado. Deben aprovechar toda oportunidad de realizar un acto de bondad, recordando que así están haciendo diligencias para el Señor. . . . En el desempeño de su obra deben llevar consigo siempre algunos libros; pues la reforma pro salud es el brazo derecho del mensaje.” S.C. 191/1sp
“Me fue mostrado que la reforma pro salud es una parte del mensaje del tercer ángel, y está tan estrechamente relacionada con él como el brazo y la mano lo están con el cuerpo humano. Vi que como pueblo veremos efectuar un movimiento de avance en esta gran obra.” C.S.R.A. 36/2pp
LOS TRES MENSAJES DEBEN PREDICARSE UNIDOS:
“La proclamación de los mensajes del primero, del segundo y del tercer ángel ha sido establecida por la Palabra inspirada. No debe alterarse ni la parte más mínima. Ninguna autoridad humana tiene más derecho de cambiar la ubicación de estos mensajes que la que posee para sustituir el Antiguo Testamento por el Nuevo. El Antiguo Testamento es el Evangelio expresado en figuras y símbolos. El Nuevo Testamento es la realidad. El uno es tan esencial como el otro. El Antiguo Testamento presenta lecciones provenientes de los labios de Cristo, y esas lecciones no han perdido su fuerza en ningún detalle.
El primer mensaje y el segundo se dieron en 1843 y 1844, y ahora estamos bajo la proclamación del tercero; pero aun ahora hay que seguir proclamando los tres mensajes. Ahora es tan esencial como en cualquier tiempo pasado que se los repita a los que están buscando la verdad. Debemos hacer resonar su proclamación mediante la pluma y la voz; debemos mostrar su secuencia y la aplicación de las profecías que nos conducen al mensaje del tercer ángel. No puede haber un tercer mensaje sin un primero y un segundo. Debemos proclamar al mundo estos mensajes mediante publicaciones y conferencias que muestren en el ámbito profético las cosas que han sido y las que serán.” M.S. Tomo II pag. 120/1-2
“Me fueron mostrados tres escalones: los mensajes del primer ángel, del segundo y del tercero. Dijo mi ángel acompañantes. “¡Ay de aquel que mueva un bloque o clavija de estos mensajes! La verdadera comprensión de esos mensajes es de importancia vital. El destino de las almas depende de la manera en que son recibidos.” P.E. 258/2sp
¿Por qué es importante estudiar el triple mensaje angélico?:
“Pero el pueblo de Dios, el cual mediante sus creencias y su cumplimiento de la profecía ha desempeñado una parte en la proclamación de los mensajes del primero, del segundo y del tercer ángel, sabe dónde se encuentra. Tiene una experiencia que es más preciosa que el oro refinado. Debe permanecer firme como una roca, aferrándose al comienzo de su confianza hasta el fin.” M.S. Tomo II Pag. 125/0
“Un poder transformador acompañó a la proclamación de los mensajes del primer ángel y del segundo, e igualmente acompaña el mensaje del tercer ángel. Esto impresionó las mentes humanas con convicciones verdaderas. El poder del Espíritu Santo se manifestó. Hubo estudio diligente y detallado de las Sagradas Escrituras. Se dedicaron noches casi íntegras a una investigación fervorosa de la Palabra. Buscamos la verdad como si hubiéramos buscado tesoros escondidos. El Señor se reveló a nosotros. Se derramó luz sobre las profecías, y supimos que habíamos recibido instrucción divina…” M.S. Tomo II pag. 125/1
“Estos hombres siguieron paso a paso el cumplimiento de las profecías, de modo que los que no han tenido una experiencia personal en esta obra deben aceptar la Palabra de Dios y creer “en la Palabra de ellos”, de los que han sido conducidos por el Señor en la proclamación de los mensajes del primero, del segundo y del tercer ángel. Estos mensajes, cuando se los recibe y se obra de acuerdo con ellos, llevan a cabo su obra de preparar a un pueblo que permanezca en pie en el gran día de Dios. Si investigamos las Escrituras para confirmar la verdad que Dios ha dado a sus siervos para el mundo, llegaremos a proclamar los mensajes del primero, del segundo y del tercer ángel”. M.S. Tomo II Pag. 127/2
“Los mensajes de Apocalipsis son los que servirán para probar al mundo; constituyen el Evangelio eterno, y deben hacerse resonar por todas partes.” M.S. Tomo II pag. 127/3up; 128/0
“La profecía se ha estado cumpliendo puntualmente. Cuanto más nos afirmemos bajo el estandarte del mensaje del tercer ángel, tanto más claramente comprenderemos la profecía de Daniel; porque el Apocalipsis constituye el suplemento de Daniel. Cuanto más plenamente aceptemos la luz presentada por el Espíritu Santo por medio de los siervos consagrados de Dios, tanto más profundas y seguras tanto como el trono eterno parecerán las verdades de las profecías antiguas; tendremos la seguridad de que los hombres de Dios hablaron inspirados por el Espíritu Santo. Los hombres deben estar sometidos a la influencia del Espíritu Santo a fin de comprender las declaraciones que el Espíritu realizó mediante los profetas. Estos mensajes fueron dados, no para los que formulaban las profecías, sino para nosotros, que vivimos en medio de los acontecimientos que constituyen su cumplimiento.” M.S. Tomo II Pag. 130/3
“Estas verdades, tal cual están presentadas en Apocalipsis 14, en relación con el “evangelio eterno,” serán lo que distinga a la iglesia de Cristo cuando él aparezca. Pues, como resultado del triple mensaje, se dice: “Aquí están los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús.” Y éste es el último mensaje que se ha de dar antes que venga el Señor. Inmediatamente después de su proclamación, el profeta vio al Hijo del hombre venir en gloria para segar la mies de la tierra.” C.S. 506/3
Lo que Satanás pretende:
“Los mensajes del primero, del segundo y del tercer ángel se relacionan entre sí. No es posible apagar las evidencias de la verdad permanente y sempiterna de estos grandiosos mensajes, que significan tanto para nosotros, que han despertado una oposición tan intensa del mundo religioso. Satanás procura constantemente arrojar su sombra diabólica sobre estos mensajes para que el pueblo remanente de Dios no discierna con claridad su importancia, su tiempo y su lugar; pero éstos siguen teniendo vigencia, y han de ejercer su poder sobre nuestra experiencia religiosa mientras dure el tiempo.” M.S. Tomo II pag. 134/1sp
“Satanás ha ideado un estado de cosas por el cual la proclamación del mensaje del tercer ángel será detenida. Debemos precavernos de sus planes y métodos. No debe suavizarse el tono de la verdad, no debe disimularse el mensaje para este tiempo. El mensaje del tercer ángel debe ser fortalecido y confirmado.” EV. 171/2pp